El coronel Pedro Baños advierte, a particulares y empresas, que la ciberseguridad requiere más atención porque los descuidos pueden salir caros, tanto por el uso del móvil como con los medios que la pandemia está haciendo más habituales: la compra online (pueden ser utilizada para crear un perfil de consumidor), el teletrabajo y las vídeoconferencias (cuidado con la información que ofrecen los fondos de nuestras casas que se ven en la pantalla). Dice que España es el país de Europa con más móviles y más uso de internet pero que no más del 8% de los usuarios se toman «en serio la seguridad» y recuerda que los medios tecnológicos fueron creados para fines más o menos lícitos pero que ahora también son explotados «para el mal». Cuidado.

Dentro del ciclo de conferencias de los 24 Galardones Empresariales, el conocido experto en temas ciberpolémicos y conspiranoicos vino a Toledo a hablar de ‘Ciberseguridad: situación actual y retos inminentes para las empresas’, y avisa, por ejemplo, que entre los datos importantes destacan los relacionados con la sanidad, hospitales, laboratorios…

¿Para qué quieren información sobre nuestra salud? Para acumular datos relevantes sobre el estado físico y  económico con la finalidad de sacar dinero. Por ejemplo, si alguien tiene una entrevista para pedir un trabajo es fácil que sepan todo su historial antes de que se siente. En este sentido señala que puede que la vacuna del coronavirus no sea obligatoria pero de forma indirecta va a ser necesaria porque el que no la ponga prácticamente no podrá salir de casa (se la van a pedir para viajar, para entrar a actos culturales, para comprar en grandes centros).

Asegura que los ciberataques cada vez afectan más a las pymes a las que los delincuentes les cifran sus datos y le hacen pagar grandes rescates (para su modesta economía) que puede llevarles a la ruina.

puerta abierta. Algunos remedios fáciles son las copias de seguridad, introducir claves más complicadas y cambiarlas periódicamente, acudir a  empresas de seguridad virtual, consultar en la agencia de seguridad española para que les digan si sus ordenadores están robotizados y pueden ser manejados a distancia (por supuesto si detectan que sus hijos son víctimas de ciber buling). Y siempre actuar con «prudencia» porque todo lo que transmitamos por medios electrónicos queda al alcance de los delincuentes (es partidario del wifi de empresa pero administrado con seguridad desde el router y las claves hasta aislarlo de la conexión a redes públicas)

E insiste en que la delincuencia siempre existe y se adapta mejor y antes que nadie, de manera que en una sociedad que se acostumbra a hacer todo a través de los móviles les favorece que seamos  «imprudentes e inocentes»  exponiendo datos o gustos personales y colectivos que pueden acabar repercutiendo contra nosotros. Y alerta de que el futuro irá a peor y se va a magnificar ese perfil negativo ya que con los nuevos sistemas va a ser más fácil manipular aquello que no se proteja de manera adecuada.

autodestrucción. También observa que el ser humano va perdiendo libertad y privacidad casi de forma voluntaria, a través de muchos aparatos colocados por nosotros en nuestra casa.

Comenta que el dinero procedente de la UE se traduce en deuda de la que el 70% en manos está en extranjeras y pueden dirigir la política española. Eso no es lo peor sino que cabe otra posibilidad de que se lo vayan a quedar los Gobiernos «para gastos ideológicos» en lugar de repercutir las inversiones a favor de las empresas y el empleo (ha visto informes que abogan por perseguir los comentarios antiglobalistas, las criticas a personas, instituciones y potentados en una especie de «deriva de totalitarismo democrático»).

Otra amenaza ya presente es que con la tecnología habrá menos empleo y más subvencionados a lo que se suma una educación inadecuada donde las universidades imparten estudios sin aplicación práctica.

cuidado con los niños. En este sentido opina que las redes sociales, y aplicaciones como Tiktok (cuyo éxito atribuye al déficit de atención), son un peligro para niños, un catálogo para pederastas, una herramienta para hacer extorsión a los padres y un archivo donde los jóvenes introducen muchas tonterías que les puede perjudicar al futuro. Por contra, los «colegios elitistas» que enseñan a pensar no dejan utilizar medios electrónicos hechos para distraer y manipular.

Entre las consecuencias del mal uso destaca la desinformación y se remite a los artículos sobre la intervención de Rusia en España con Cataluña por en medio y un presunto plan para desestabilizarnos que incluía el envío de 10.000 soldados. Recalca que no hay pruebas y que todo se debe a una redacción de una noticia donde el titular (lo que lee todo el mundo) no tiene nada que ver con el texto que le acompaña (que nadie lee) ya que se trataba de una descabellada conversación entre particulares que no ofrecía ni un indicio de cómo iban a entrar y para qué esos soldados. En su opinión, desinformar es una manera de manipulación para condicionar a las poblaciones y recuerda que Rusia tiene sus propios problemas separatistas así que «no le interesa fomentar» el problema a otros.

Sobre el coronavirus admite que no se sabe el origen pero le llama la atención que en China quien hable sea «condenado a pena de muerte». Por su parte espera que sea un virus natural porque lo contrario tendría implicaciones que «convulsionarían el mundo» cuando se pidieran responsabilidades a China.