Toledo con Beatriz y todas las víctimas

M.G
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La Plaza del Ayuntamiento enmudece un minuto en repulsa de la violencia machista. Las administraciones piden «unidad» para continuar avanzando para erradicar esta lacra

Toledo con Beatriz y todas las víctimas - Foto: Yolanda Lancha

«Si en el siglo XXI en este país está pasando todo esto es que tenemos  una asignatura pendiente». Así de claro expresó esta mañana la alcaidesa de Toledo, Milagros Tolón, su repulsa a los crímenes de violencia machista conocidos en los últimos días, «una violencia deplorable» que hay que condenar y que pide «la unidad de la sociedad y de las administraciones públicas» para continuar trabajando y evitar que se produzcan asesinatos como el de las niñas de Tenerife a cargo de su padre o el de la menor sevillana a manos de su exnovio hace unos días.

La Plaza del Ayuntamiento enmudeció un largo minuto a las diez de la mañana, que acabó con un sonoro aplauso de reconocimiento y de ánimo a las familias de las víctimas por su inmenso dolor y frustración por lo sucedido. Nadie pronunció el nombre de la madre de las pequeñas de Tenerife, pero el drama de Beatriz estaba presente en cada uno de esos aplausos que dieron paso a las palabras, los retos, las peticiones y los mensajes de aliento  para que la sociedad no haga caso a los políticos negacionistas de la violencia machista ni a las declaraciones sin sentido que se han escuchado recientemente, como las de un cura canario, culpando a las madres de las niñas del crimen.

Tolón subrayó el papel de los ayuntamientos como «las administraciones más cercanas a la ciudadanía», recordó el avance de sus planes de igualdad y el trabajo de la Escuela de Igualdad, del Centro de la Mujer y de la Casa de Acogida para ayudar a las víctimas de esta violencia tan habitual que aflora del machismo.

También la alcaldesa tiene claro que la educación es la mejor manera de prevenir este tipo de conductas violentas que causan un dolor irreparable.

Asimismo, la vicepresidenta segunda de la Diputación de Toledo, Ana Gómez, se sumó a la condena, mandó un mensaje de «unidad» a las administraciones y a la sociedad civil «para no dar un paso atrás en un momento en el que algunos grupos políticos están poniendo incluso en duda la existencia del machismo».

Las cifras hablan. Las estadísticas están ahí y ayer quiso recordarlas la consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández, que acompañó a la Corporación Municipal, y al subdelegado del Gobierno en Toledo,  Carlos Ángel Devia, en esta movilización contra la violencia machista. «Más de 1.000 mujeres  y 39 criaturas han sido asesinadas  desde 2003», año en el que se iniciaron las estadísticas. En este sentido, subrayó «que los asesinatos de niños son los más crueles, execrables y los más graves» estén o no relacionados con la violencia machista, una lacra «que asola nuestro país».

Fernández mandó un recado a los negacionistas al afirmar que este tipo de violencia «existe» y, sobre todo, «que el machismo puede llegar a matar y se puede convertir en un veneno». La consejera manifestó que el Gobierno regional «está con las mujeres» y tiene en marcha una serie de recursos y de ayudas «denuncien o no su situación». Ella considera necesario insistir en que las administraciones «no están aquí para cuestionarlas, sino para ayudarlas» porque «la convivencia con un machista es una anomalía con la que hay que acabar».

En este sentido, Fernández resaltó la implicación de la Junta, «que destina 18 millones de euros todos los años contra la violencia machista», dispone de 84 centros de la mujer y de 15 recursos de acogida. Además, incidió en la prevención, la educación y en el análisis pormenorizado de cada caso, ya que en el caso de las niñas de Tenerife «ni la propia familia, incluida la madre, podía imaginarlo o esperar algo así».

Por otra parte, la consejera de Igualdad también considera fundamental para las víctimas el apoyo de su entorno, agradeció que la mayoría de los hombres se sumen, condenen esta lacra y manifiesten «tolerancia cero» contra el maltrato. Fernández admite que en algunos casos «puede fallar la seguridad», pero el trabajo conjunto a todos los niveles puede ayudar a intentar frenar una lacra que «se ha puesto más fácil a los maltratadores con el confinamiento y las medidas sanitarias».

El silencio sepulcral de ayer fue la muestra de que en esta problemática todos a una.