Una historia milenaria

L.G.C. /L.T.
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El origen del arte talaverano se remonta a la época romana, aunque el primer documento que habla de alfares en la ciudad es de 1182.Tras su esplendor en el siglo XVI, volvió a resurgir en el XX con Ruiz de Luna.Ahora se suma a las nuevas vanguardias

Una HISTORIA MILENARIA

La más antigua de las lozas, la más célebre y reputada y la más importante a nivel nacional e internacional, la cerámica talaverana, es paradójicamente una de las que más lagunas tiene en lo que a sus raíces históricas se refiere.

A pesar de que no se puede hablar de fechas concretas dada la inexistencia de manuscritos que atestigüen el origen de la cerámica, parece que ya en la época del dominio romano se labraba en la ciudad loza ordinaria, tal y como lo demuestran las vasijas, urnas cinerarias, ánforas, lucernas, platos... hallados en las excavaciones realizadas en Talavera y su comarca, como la de Villa de Saucedo. Por contra, no se han encontrado vestigios de que se cultivase esta industria en tiempos de los visigodos o incluso de los musulmanes.

El documento más antiguo que acredita la presencia de alfarerías en Talavera data de 1182; un documento mozárabe toledano en el que se nombra a dos alfareros talaveranos Vicente ben Said y Ayub ben Jabaf.

La producción ceramista de aquella época era bastante modesta, continuando de este modo a lo largo de cuatro siglos, pues en un censo de 1491, se establece que había en la villa sólo dos ceramistas. En 1513 aumentaron a cinco y en 1548 a 39.

No es hasta los siglos XVI y XVI cuando la cerámica talaverana alcanza su punto culminante, muestra de ello son los numerosos testimonios de la gran difusión que alcanzó durante esos años; un período de esplendor, que acredita a la cerámica de Talavera como la más famosa del Siglo de Oro. En estos momentos, la cerámica talaverana se presenta fuertemente influenciada por la italiana, extendida por toda la península. Los alfareros españoles empezaron a hacerse eco de de la revolución en el arte cerámico, que despertó gustos y aficiones nuevas.

No se puede olvidar en el XVI la figura de Jan Floris. Con él comienza la andadura de la cerámica renacentista o italo-flamenca en Talavera. La fecha de su llegada a España se establece en torno al 1558, cuando se instaló en Plasencia donde permanece hasta que el 3 de septiembre de 1562 Felipe II le encarga la obra de azulejería para el Alcázar de Madrid, con un contrato en el que se acuerda que pintaría y realizaría en Talavera todos los patrones y azulejos que le pidieran para esta obra

La producción de los siglos XVI y XVII es de un pronunciado estilo recio y castizo, impregnada del más puro realismo renacentista pero con el advenimiento de los Borbones, las artes industriales y la cerámica en particular, sufren un cambio radical.

En el siglo XVIII la irrupción del arte francés influyó poderosamente en la cerámica, basculando hacia centros como Alcora o Manises.

En los siglos XVIII y XIX, la decadencia de Talavera se manifiesta en el notable descenso de sus alfares, situación que se mantiene a lo largo de todo el siglo XIX, hasta 1908, fecha de creación de la fábrica de Guijo y Ruiz de Luna.  

ruiz de luna. La fábrica de cerámica artística y azulejos 'Nuestra Señora del Prado', ubicada en la plaza del Pan. Supondrá el resurgimiento de Talavera como centro alfarero puntual tras el periodo de decadencia de comienzos del XVIII. La actividad ceramista de la ciudad empieza a rescatar, en los albores del XX, los tipos creados en el XVI, continuándolos y renovándolos.

El siglo XX es testigo de la transformación de los ceramistas de artesanos en artistas, momento en el que la aportación personal de los mismos, guiada por el concurso del intelecto y del impulso intuitivo en la fase creadora, les lleva a fusionarse con su propia obra.

La Casa Ruiz de Luna gozó de su mayor apogeo de 1920 a 1930, donde coexiste con otros como ‘El Carmen’ de Niveiro, fundado en 1849. Montemayor, Ginestal o Henche fueron también excelentes ceramistas que dejaron su nombre impreso en la historia de la cerámica talaverana.

La mayor proliferación de talleres cerámicos se produce al cierre de la Casa Ruiz de Luna, momento en el que sus operarios -medio centenar- forman la cooperativa ‘La Purísima’ (1961). Artesanía Talaverana abre cinco años después; Chacón, García Bodas, Guerrero, Sánchez Timoneda y González Durán -que también aprendieron junto a los Ruiz de Luna- se instalan en solitario.

La producción cerámica de la ciudad, continúa su evolución con el paso de los años, encontrando un fuerte punto de inflexión con la fundación en 1983 de la Escuela de Arte de Talavera y su especialidad en Cerámica. No en vano, el grueso de los ceramistas que en la actualidad trabajan en Talavera, se han forjado en las aulas de la Escuela de Cerámica.