Pandemia sin la Esperanza de San Cipriano

F. Rodríguez
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La talla, a la que la tradición considera clave para acabar con la peste del año 1200 en Toledo, se queda este año sin poder salir por culpa del coronavirus tras sufrir una remodelación y contar con andas nuevas

Pandemia sin la Esperanza de San Cipriano

La Virgen de la Esperanza de San Cipriano es una de las Glorias señeras de la ciudad.  Los solemnes cultos y novena a la Señora de la Esperanza debían haber arrancado hoy con todos sus honores, pero la Cofradía se ha visto obligada a suspender casi todos los actos programados a causa de la pandemia de coronavirus.

Toda la actividad de años anteriores ha quedado reducida a la Novena, que arrancó hoy y que se prolongará hasta el próximo 9 de junio. Además, la celebración religiosa deberá celebrarse con reducción de aforo, tal y como se estipula en las normas de la Fase 2 de la desescalada en la que la provincia de Toledo se encuentra inmersa en la actualidad.

De esta forma, la parroquia de San Cipriano no podrá albergar más de 50 fieles en cada culto, una cifra sensiblemente inferior al número de cofrades y fieles de esta devoción mariana.

Este año, la junta directiva de la cofradía tenía la ilusión de presentar las nuevas obras realizadas en el paso procesional.  Se habían hecho andas nuevas, debido al peligro que suponía procesionar con las que tenían hasta entonces, bastante deterioradas por el paso de los años.  

Así mismo, se ha realizado una restauración integral, pieza a pieza, del trono de la Virgen, datado en el siglo XVII, y del arco que rodea a la talla, del siglo XVI.

Afortunadamente, desde finales de febrero todas las piezas se encuentran ya en altar de San Cipriano. Han sido más de cuatro meses de arduos y costosos trabajos, que nos han supuesto un gran desembolso económico, que desde la cofradía tenían que realizar irremediablemente si querían seguir procesionando la Señora de la Esperanza

La restauración se ha hecho en la Orfebrería Orovio de Torralba de Calatrava, en Ciudad Real, con una importante inversión en cuestión de seguros y de gastos del traslado de la pieza.

Tras unos duros meses de trabajo, el resultado final no podía ser más satisfactorio para los miembros de la junta directiva de la cofradía, que esperan que los fieles puedan observar la pieza estos días de Novena y que miran ya al próximo año para poder resarcirse de la imposibilidad de procesionar por  la pandemia de coronavirus.

Curiosamente, la Esperanza de San Cipriano sabe mucho de pandemias, pues por ella se celebra la conocida como Procesión del Voto. Se trata de una acción de gracias para conmemorar lo que tradicionalmente se ha conocido como el ‘voto’ que en el año 1200 firmaron el Cabildo de la Catedral, el Ayuntamiento y los feligreses de San Cipriano para agradecer a la Virgen de la Esperanza la desaparición de la peste por donde pasó la procesión de rogativas.

En ese año de apertura del siglo XIII la peste asolaba la Península, y Toledo no se vio exenta de ella. La tradición narra que en los lugares por donde procesionó la talla de la Esperanza la pandemia fue desapareciendo. Por ello, y en agradecimiento, Toledo y sus fieles no se olvidan de ello.