Fernando Berrendo se ha alzado en 2021 como el ganador del primer premio de la Bienal Internacional de Cerámica en el apartado de tradicional con la pieza ‘Rhinoceros’. Un arte que lleva practicando desde los 19 años, en ocasiones de forma profesional y en otras alternando el oficio con otros trabajos.

¿Cuántas ediciones de la Bienal de Cerámica ha ganado ya?

Con esta son tres veces que he ganado con primeros premios y dos con segundos premios. 

A estos galardones suma otros como ‘La Pasión en Cerámica’, ¿cuántos tiene en total?

Con esta son 16 veces que me han premiado en diferentes lugares de España. Fuera de Talavera siempre gano primeros premios, como en Alcora, que he ganado dos veces;en La Rambla, en Córdoba, una vez;y luego en Talavera. 

Mis piezas tampoco se puede decir que sean cerámica tradicional, la técnica sí porque es técnica sobrecubierta talaverana de toda la vida, pero me gusta investigar otras historias. Aunque los motivos son totalmente tradicionales, de hecho todas las decoraciones de la obra ganadora de esta edición de la Bienal están sacadas de la exposición ‘Atempora’, exceptuando alguna cosilla. Eso más tradicional no puede ser, pero me gusta romper en el tema del diseño, del montaje. Mi pintura es normalita, creo que me premian un poquito la innovación y la originalidad.

¿Cómo se le ocurrió ‘Rhinoceros’?

Soy un amante del arte y del Renacimiento en concreto y uno de los grabados más famosos del pintor alemán Durero es este rinoceronte. Tenía ganas de hacerlo y no sabía cómo enfocarlo a la cerámica, intenté hacerlo primero en volumen y no encontraba la solución técnica. Después de darle muchas vueltas, ya había realizado con la idea de las placas una pieza premiada en La Rambla, y lo hice así. Es un montaje totalmente distinto, pero la base, las placas, es la misma. Es una forma de trabajar que no soy consciente de haber visto en ningún sitio, por lo menos en cerámica tradicional de Talavera.

¿Dónde se ha formado y en qué talleres cerámicos ha trabajado?

Con 19 años me metí en la Escuela de Arte, estando allí estuve compaginándolo un año y algo con Cerro. Después estuve año y pico con la Talabricense, después he trabajado de encargado de taller en Virginia Decoradores Cerámicos. Después, porque me dedico también a hacer moldes, de una manera o de otra creo que he trabajado para toda Talavera y para gente de Puente del Arzobispo. Pero no vivo de la cerámica, ahora lo que me da de comer es el trabajo como telefonista de los bomberos.

¿Qué parte del oficio le gusta más?

De la cerámica lo que más me gusta es hacer este tipo de piezas para presentarse a concursos. Después, dentro de lo que es el proceso cerámico que afortunadamente controlo desde el diseño hasta la realización última, la parte que más me gusta es hacer modelos en escayola. 

Se inclina más hacia la vertiente creativa, ¿no?

Sí, porque una vez que tienes oficio es todo más o menos mecánico, los procesos son siempre más o menos los mismos y realmente lo interesante es diseñar la pieza. 

Su premio llega tras la declaración de la cerámica como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, ¿cree que servirá para impulsar al sector?

El trabajo de Tierras de Cerámica es fantástico, mientras sirva para visibilizar la cerámica todo lo que se haga está bien. Creo que realmente a la cerámica de Talavera la gente que está levantándola son talleres como Centro Cerámico y San Ginés, que están haciendo una labor fantástica, en Puente se está haciendo ahora también mucho, Carrasquillo con Robles. Se están haciendo muchas cosas con otro aire que no es solo lo tradicional, porque creo que lo tradicional como tal tiene los días contados. Tenemos unos motivos en general que, a no ser que les des una vuelta y los pongas en otro tipo de piezas, de diseños, o trabajamos eso o no hay futuro. Hay cosas que son evidentes, un trabajo pulcro, clásico, bien hecho y trabajado siempre va a tener su clientela, pero siempre gente mayor y tal.