Aunque ahora está trabajando en otras zonas del hospital, Mamen se encargó de la limpieza de la UVI del hospital Virgen de la Salud al principio de la primera ola de la pandemia y el confinamiento.

Mamen está acostumbrada ya a todo, pero recuerda que el mes de marzo fue «muy malo», con escenas muy desagradables y más de un susto. Es normal que afecte a quien lo ve, aunque al final, «todo se supera», apunta. Además de en los cuatro módulos de UVI, había pacientes ya en la Unidad Cardíaca y la URPA.

Esos meses fueron de miedo, «porque no había casi ni EPIs en la UVI, pero nos apañábamos con lo que había». Entonces Mamen dejó de ver a sus padres y tenía miedo, sobre todo, por sus hijos.

Pero al final ha sido ella la que ha caído enferma de Covid-19. Afortunadamente, explica, no ha tenido síntomas  graves. Pero ha estado veinte días metida, ella sola, en la habitación, hasta que dio negativo. Le tenían que subir hasta la comida. También su marido y sus hijos tuvieron que estar diez días aislados, aunque dieron negativo, y separados. Fue al inicio de la tercera ola cuando se infectó, Mamen no sabe todavía cómo, porque siempre utilizó mascarilla y EPI. Ahora que ha vuelto a trabajar, curada y vacunada, reconoce que hay mucho menos coronavirus en el hospital.

De todos estos meses, Mamen se queda con el agradecimiento que también ella, como servicio esencial de limpieza en el Virgen de la Salud, ha podido sentir. Ha sido reconocimiento dentro del hospital, pero también entre amigos y en redes sociales.