Castillos de la provincia (XI)

José García Cano*
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El castillo de Dosbarrios fue donado a la Orden de Santiago con todas sus entradas, salidas, pastos, prados, riveras y términos. El nombre del toledano castillo de Oreja puede proceder de la antigua y romana población de Aurelia

Castillo de Oreja situado en Ontígola.

Hoy viajamos hasta Dosbarrios para encontrar al que llamaron durante un tiempo castillo de Carabanchel, como así aparece citado a principios del siglo XIII y que fue donado a la Orden de Santiago con todas sus entradas, salidas, pastos, prados, riveras y términos. Dos años después esta donación fue confirmada por el rey Alfonso VIII mediante privilegio otorgado en Segovia el 19 de mayo de 1205. Su construcción se sitúa entre los siglos XI y XIII. Tanto en el siglo XIII como en el XIV, hay constancia de la existencia de un núcleo de población con iglesia alrededor del castillo, pobladores que con el tiempo se marcharían a Dosbarrios donde había mejores tierras para labrar y con agua más abundante. Este castillo al que también se le denominó castillo de la Vega, tuvo planta triangular para adaptarse al terreno donde se ubica, siendo uno de los dos con esta tipología que existían en la provincia; el segundo era el del Águila, cercano a Villaluega de la Sagra. En el siglo XVI las Relaciones de Felipe II de nuevo nos sirven para profundizar en la historia de esta fortaleza ya que se informa en las mismas que poseía 450 picas, 120 escopetas, coseletas, morriones y alabardas. En aquél 1576, el castillo pertenecía al comendador de Monreal (encomienda santiaguista), siendo él el responsable de nombrar alcaide. Gracias a este comendador durante un tiempo también se le denominó el castillo de Monreal. En el siglo XVIII eran aún visibles tanto la plaza de armas como el foso, aunque la fortaleza desgraciadamente presentaba un estado deplorable de conservación. Ya en el XIX y durante la batalla de Ocaña ocurrida en 1809, el castillo fue visitado por el brigadier José Zayas quien aguantó un tiempo hasta que los franceses le hicieron retirarse hacia Dosbarrios, donde fueron apresados. Llegada la Desamortización en el siglo XIX (sin saber exactamente si fue en la de Mendizábal o en la de Madoz) se vendió el castillo a un particular, quien utilizó diversos elementos del mismo para construir una casa de labor cercana. El Conde de Cedillo indicaba en su Catálogo Monumental que en su época aún eran visibles bóvedas de medio cañón y algún arco apuntado. Actualmente solo nos quedan los restos de un paredón en lo alto del cerro.
El toledano castillo de Oreja se encuentra en el término de la localidad de Ontígola y su nombre puede proceder de la antigua y romana población de Aurelia, sobre un cerro que domina el paso obligado del río Tajo. Posiblemente se fortificó este castillo durante el reinado de Alfonso VI y tradicionalmente se le incluye dentro de la dote de la mora Zaida, junto a otros tantos recintos de nuestra provincia. Posteriormente fue tomado por los almorávides. Fue en 1139 cuando Alfonso VII envió al alcaide de Toledo don Rodrigo Fernández de Castro y a su hermano Gonzalo para sitiar este castillo. En este punto las crónicas (por ejemplo la Chronica Adefonsi Imperatoris) cuentan como los musulmanes fueron a Toledo a obligar al rey a que levantase el sitio de Oreja y fuera a defender la capital del Tajo, pero el monarca siguió en el castillo, quedando en Toledo la reina doña Berenguela de Barcelona, la cual tuvo la valentía de recibir al enemigo y reprocharles ante todas sus damas, que eran unos cobardes por intentar atacar la ciudad cuando solamente la defendía la reina. El lugar desde donde la joven reina Berenguela se dirigió a los musulmanes se le conoce desde entonces como las Torres de la Reina, ubicadas junto a la Puerta de Bisagra. El 11 de septiembre del año 1171 el castillo y la propia localidad fueron donados por el rey a la Orden de Santiago, quien la transformó en encomienda, estando incluidas en ella las localidades de Noblejas y Colmenar, siendo su primer comendador don Galindo. En cierta visita realizada en 1468 al castillo, se informa del mal estado del mismo, así como de la necesidad de reformas y reparaciones en el mismo; se indicaba que la torre del homenaje fue construida en tiempos del comendador don Fernando de la Cámara. La misma Orden de Santiago fue la que poco a poco comenzó a segregar términos y tierras de la encomienda de Oreja para agregarlos a Aranjuez. Carlos V como Maestre de esta orden, permutó unas dehesas del duque de Maqueda para agregarlas también a Aranjuez, a cambio de Oreja y Colmenar. Poseyó saeteras circulares y señales de matacanes de madera y grandes merlones rematando sus torres. Solo poseía una puerta y en su interior se intuyen los restos de la iglesia, dos bóvedas y un aljibe. Con el paso de los años la encomienda pasó a ser propiedad de los condes de Fuensalida. Ya en 1835 y poseyendo un escaso número de vecinos, se anexionó su término y población a la localidad de Ontígola. Actualmente este castillo que fue abandonado muchos años atrás, se encuentra en estado de ruina, aunque se conserva su torre mayor como último testigo de este interesante enclave de nuestra provincia.

Vestigios del castillo de Monreal en Dosbarrios.
Vestigios del castillo de Monreal en Dosbarrios.

*José García Cano es académico correspondiente en Consuegra de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo