Una de las franquicias que más videojuegos ha ofrecido es Bola de Dragón (Dragon Ball), nacida en la década de los 80 primero como manga y después como anime y de la que se han producido las últimas décadas decenas de juegos, en su gran mayoría de lucha (aunque ha habido de rol e incluso de cartas) y centrados en Dragon Ball Z. Kakarot es una llamada a la nostalgia para quienes crecieron con las historias de la serie Z, cuando los guerreros saiyanes deben defender la tierra de las amenazas de varios villanos. CyberConnect 2, que ha dado hasta la fecha muchas alegrías con los juegos de Naruto, ha logrado recrear muy bien las sensaciones que transmitía en pantalla Z, la historia que recorría parte de la vida de Son Goku como adulto.
Tras unos años en los que los juegos de la serie salían faltos de pulido y casi como mero trámite, Bola de Dragón ha ido remontando tanto en Dragon Ball Xenoverse 2 como, sobre todo, en Dragon Ball Fighter Z. Kakaroth confirma ahora esta tendencia con un juego que tiene algunas carencias técnicas pero que reproduce muy bien y con gusto por los detalles contados en Z. El punto fuerte del juego es su capacidad para narrar en las misiones principales lo sucedido desde que se revela la amenaza saiyan hasta el final de Bu mientras que las misiones secundarias contienen numerosos guiños a los fans de la serie.
Hay botones para golpear, cargar energía, lanzar ráfagas ki y fintar y usando los botones superiores se lanza uno de los cuatro ataques especiales que lleva cada personaje o ataca uno de los personajes de apoyo. Los combates no tienen la profundidad de un juego de lucha y su valor radica en la personalización de los personajes, que incluyen desde un árbol de habilidades a un sistema de tablero con medallas colocadas por afinidad.
No podían faltar otros elementos propios de los RPG como la recolección de objetos, el hecho de cocinar platos que otorgan mejoras temporales muy convenientes para algunos combates, minijuegos de béisbol o carreras en los que se utilizan vehículos que construye o mejora Bulma e incluso hay zonas de entrenamiento.
Goku sigue siendo un personaje destacado, pero no es el único protagonista; de hecho, Gohan tiene un papel relevante y también se controla en distintos momentos a otros como Piccolo, Vegeta o Trunks y ejercen de apoyo algunos tan conocidos como Krilin o Yamcha.
Las voces están solo en japonés y en inglés, pero los subtítulos y menús sí están traducidos al español. Parte de la banda sonora ha sido creada para Kakarot, y también están las canciones más conocidas de Dragon Ball Z, incluyendo la famosa Cha-La-Head-Cha-La que en España se tradujo por “Luz, fuego, destrucción”. Visualmente el juego es bueno pese a algunos fallos técnicos y demasiadas pantallas de carga. Algunas escenas de vídeo como la primera vez que se transforman Goku o Son Gohan en evoluciones saiyan dejan con la boca abierta a cualquiera. A Kakarot se le perdonan los fallos menores porque transporta al jugador a la serie desde los primeros minutos de juego.