«Aparte de la hoja, lo importante del cigarro es el tiro»

ADM / TOLEDO
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El torcedor de puros dominicano Michel Jean realizó una exhibición del oficio que desarrolla desde hace más de quince años. «Todo se ha vuelto más moderno, pero la materia prima y el proceso siguen siendo los mismos»

«Aparte de la hoja, lo importante del cigarro es el tiro» - Foto: Yolanda Lancha

Michel Jean explica detalladamente las características de cada cigarro VegaFina 1998 (la marca más exclusiva desarrollada por el Grupo de Maestros de Tabacalera de García, en La Romana, República Dominicana). Combina hojas procedentes de Colombia y Nicaragua, sometidas a un exhaustivo proceso de añejamiento. A ellas se suman la capa Habana Ecuador y el capote Java Indonesia (las diferentes partes del cigarro que darán al resultado final una envolvencia, un grosor y una textura características). Tras quince años de experiencia, este torcedor profesional dominicano puede explicar cada parte del proceso de elaboración desde la planta hasta la vitola, pasando por el entrenado pulso necesario para apretar y cortar adecuadamente el producto. «La humedad y el tiro son fundamentales», explica. La primera es necesaria para realizar una buena torcedura. El segundo, si la primera parte del proceso está bien hecha, garantiza la calidad final del producto. «Todo es cada vez más moderno -continúa-, pero la materia prima y el proceso siguen siendo los mismos. En ese sentido, nada ha cambiado». Sí han quedado atrás los tiempos en que las gentes humildes torcían las hojas al son de la lectura de Alejandro Dumas o las condiciones de las cigarreras de Sevilla que dieron origen a la Carmen de Merimée. Lo que se mantiene es el espíritu y el compañerismo. «Hay torcedores más o menos experimentados, pero a la hora de fabricar un cigarro no vale el ‘yo me llamo…’: esto es un trabajo en equipo», sometido, además, a una detenida observación para superar estrictos estándares de calidad. Como en otras profesiones, la experiencia es un grado, pero también cuenta la agilidad, el pulso y, en definitiva, «que si te gusta hacerlo, lo hagas con amor». El cliente lo sabe. Comenzando por el 70% de compradores estadounidenses de su empresa, «fumadores muy exigentes». Las catas de cigarros, en este sentido, nada tienen que envidiar a las de los mejores caldos. En el caso del VegaFina 1998, de fortaleza «suave-media», posee aroma «amaderado, floral y tostado», con «recuerdos de cedro, cuero, canela, frutos secos y miel», y sabor «amaderado, tostado y torrefacto, con suaves puntas saladas y especiadas y con notas dulces de fruta madura»; el resultado «deja recuerdos de almendras, pimienta blanca, vainilla, café y melaza».