Maristas condena abusos sexuales denunciados por exalumnos

La Tribuna
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El centro pide perdón por «no haber sido capaces de protegerles» y se pone a disposición de las víctimas ya que asegura que «cree en su palabra». Pone a disposición de víctimas o testigos un correo electrónico de su equipo de protección al menor

Fachada del colegio Maristas. - Foto: Yolanda Lancha

El Colegio Maristas de Toledo ha pedido perdón por los supuestos abusos sexuales que sufrieron alumnos del centro «hace décadas» y, tras lamentar «no haber sido capaces de protegerles», se ha puesto a disposición de las víctimas para «todo lo que necesiten».

En una carta que la dirección del centro ha remitido a los padres de los alumnos, este colegio toledano hace alusión a una información publicada en el periódico El País, en la que se indica que en la década de 1990, un hermano de la orden de Maristas habría abusado sexualmente de varios alumnos del colegio.

Tras la publicación de la noticia, el colegio ha pedido perdón a las víctimas por «no haber sido capaces de protegerles» y ha condenado estos «terribles hechos».

«Creemos en la palabra de las víctimas, ellas son nuestra prioridad y estamos a su disposición para todo lo que necesiten», continua el escrito, que añade. «Si eres o has sido objeto de abuso, haya prescrito o no el caso para la justicia, o si se has sido testigo de que un menor ha sido abusado, puedes contactar con el Equipo de Protección del Menor a través del correo protecciondelmenor@maristasibérica.com».

La dirección del centro afirma que sigue investigando estos casos y trabajando en la prevención, la escucha y la denuncia, ya que sostiene que su «firme compromiso» es «colaborar con la sociedad para erradicar esta lacra de los abusos sexuales y ofrecer ayuda a todas las personas que lo necesiten».

El hermano Marino González, acusado de los abusos, solía ejercer de psicólogo en los colegios de la comunidad marista en los que trabajó, donde dirigía un gabinete psicopedagógico. Alternó su presencia en dos colegios de Madrid, el de Chamberí y el de San José del Parque, entre 1960 y 2000, y recaló también en el de Toledo en la década de los años noventa.

En todos hay acusaciones de abusos contra él, según los testimonios recogidos por el periódico El País, y se añade que «los comentarios sobre su conducta eran públicos».

La situación era tan evidente que se llegó a crear en Facebook un perfil bajo el nombre de 'Asociación de víctimas del Hno. Marino'.

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