Las precipitaciones bajarán en 2050 tras 40 años subiendo

C.S.J.
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Las previsiones del reciente informe del Observatorio de Sostenibilidad reflejan una leve variación al alza en la pendiente de 0,125. En treinta años las precipitaciones se habrán reducido en 134 mm anuales

Menos precipitaciones en 2050 - Foto: ï»Yolanda Redondo

No llueve menos, pero los termómetros suben más. Esa es la situación en España, a la que no es ajena la provincia de Toledo que, si hasta ahora ha seguido manteniendo el rango de lluvias habitual, en las próximas décadas verá cómo las precipitaciones escasean cada vez más. Hace apenas un par de años estremecía la visión de la tierra cuarteada en los embalses de la provincia y en el último mes son varios los ayuntamientos que han empezado a tomar medidas para ahorrar agua, porque la falta de lluvias ha encendido las alertas. 

En los últimos 37 años, en la provincia de Toledo han aumentado levemente las precipitaciones, un 0,125 según el informe Evolución de las Precipitaciones en España, realizado por el Observatorio de Sostenibilidad. El estudio es fruto de la preocupación por un contexto en el que coinciden la sequía meteorológica causada por la falta de lluvias, la sequía hidrológica por la falta de agua circulante por los ríos y la agraria con los efectos que conlleva sobre las cosechas la falta de precipitaciones. El escenario se completa con las olas de calor, inundaciones puntuales y, en general, un contexto que el citado informe considera de emergencia climática.

 Los datos evidencian que en los últimos cincuenta años, entre 1965 y 2018 que es el periodo preciso analizado, las precipitaciones en el conjunto de España son similares a las de hace unos años, si bien se observa una disminución de lluvias especialmente notable en verano, pero también en invierno, frente al aumento en primavera y otoño. Julio, agosto y diciembre son concretamente los meses en los que se observa bajada de precipitaciones, mientras que se advierte un ligero aumento entre enero y marzo.  

Toledo no está entre las diez provincias que han visto como disminuían las lluvias, pero se sitúa muy cerca, ya que ocupa la duodécima posición de la tabla. Se queda, en efecto, lejos de la provincia de Ciudad Real, en la que el incremento ha marcado una pendiente del 1,51, y mucho más de Asturias, la zona en la que la tendencia ha sido más crecimiento con un 5,02. 

Más favorables son los datos si se analiza solo la capital, ya que en Toledo la tasa de variación ha sido del 0,707, contabilizando en este caso los 37 años de los que constan datos. El dato contrasta con la disminución en Vigo, del 6,5, o Girona, del 3,8. 

Pero esta tendencia va a cambiar. Las previsiones para el año 2050 apuntan a una disminución de las precipitaciones en prácticamente toda España y a una distribución más irregular en el tiempo que hará que los fenómenos de inundaciones, asociados a gota fría, se hagan más intensos y frecuentes. Ocurrirá en las Canarias occidentales la Comunidad Valenciana y Navarra, las zonas que van experimentarán incrementos en la previsión anual de precipitaciones. En el resto del territorio nacional, la tónica general será la reducción de las precipitaciones, con especial incidencia en el cuadrante noroeste. 

Más reducción donde más llueve. Así, las lluvias se reducirán en las zonas donde más llueve, con disminuciones de hasta 500 mm (milímetros por metro) al año. Las precipitaciones caerán en más de la mitad y el impacto sobre la vegetación y la agricultura puede acabar convirtiendo la Galicia interior en los paisajes del sudeste peninsular. 

Las provincias extremeñas estarán también entre las más afectadas y la de Toledo experimentará un drástico descenso de precipitaciones. Se perderán 134 mm anuales, una cifra relevante teniendo en cuenta que la medida de 1 milímetro por metro equivale a un litro. Siguiendo la serie histórica de datos registrados desde 1983 de la AEMET, 2010 es el año que ha registrado más precipitaciones, seguido por 1984, 1996, 1997 y 2018.

Además, en las tres últimas décadas se han registrado en la provincia de Toledo 820 días de precipitación, una cifra que ha ido cayendo en cada década. No obstante, el informe considera que la tendencia en Toledo «habla de cierta estabilidad». 

Por lo que respecta a la región, en Castilla-La Mancha la tasa de variación de las precipitaciones ha sido del 0,61, quedando como la octava comunidad con cambios menores.

El propio informe del Observatorio de Sostenibilidad reflexiona sobre los  datos y advierte que se debería estudiar con más detalla el fenómeno, «para tomar medidas cuanto antes respecto al futuro en relación a la necesidad de agua por la ciudad, desde seguridad de abastecimiento de aguas a necesidad de agua para zonas verdes, cultivos, etc».

En este sentido, el diagnóstico es inquietante: «En el futuro, el aumento de temperaturas que ya se está produciendo debido al calentamiento global, se intensificará, por lo que si se mantienen estas precipitaciones como se observa escala de todo el país, cada vez habrá menos disponibilidad de agua». Advierte además que las diferencias regionales pueden ser muy importantes en diferentes zonas del país.