El patrimonio inmobiliario del Casco está «turistificado»

J. Monroy
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Aunque en seis años cuatrocientas viviendas han dejado de estar vacías, lo cierto es que en el mismo periodo de tiempo, el Casco ha perdido ochocientos vecinos. Iniciativa insiste en que el Consorcio sigue subvencionando proyectos turísticos

Vista panorámica del Casco. - Foto: Yolanda Lancha

Año nuevo, viejos problemas, o mejor dicho, viejos problemas actualizados y recrudecidos. Porque en este 2020 recién iniciado, Iniciativa Ciudadana sigue preocupada por la pérdida crónica de población del Casco, aprovechada y aumentada por la turisficación inmobiliaria. Es decir, el centro histórico sigue perdiendo población, pero ante la llegada de más turistas, parece no importar a las administraciones.

El portavoz vecinal, Hilario Alarcón, no oculta su preocupación ante la «turistificación inmobiliaria del Casco histórico». Los datos que aporta parecen avalarlo. Porque de 2012 a 2018, cuatrocientas viviendas han dejado de estar en el listado municipal de vacías o abandonadas (de 1.600 viviendas vacías se ha pasado a 1.200). Sin embargo, en ese mismo periodo de tiempo, el Casco ha perdido más de ochocientos vecinos, lo que significa para Alarcón «que la rehabilitación de edificios no tiene como fin la creación de viviendas residenciales para vecinos, y que, además, la rehabilitación de edificios para crear más y más plazas de alojamientos turísticos no solo impide la entrada de nuevos residentes, sino que además los está expulsando».

El portavoz de Iniciativa recuerda que la frase propagandística de los especuladores inmobiliarios en esta burbuja turística, «nadie quiere vivir en el Casco», fue desmentida en 2018 por el último estudio estadístico de la EMV y la UCLM sobre necesidades y preferencias de vivienda en Toledo, donde el Casco histórico fue elegido como el barrio favorito para residir en alquiler como vecino para los toledanos entre 25 y 45 años, y el tercer barrio favorito para comprar vivienda para vivir. 

Así, pues, «sí existe demanda de gente en Toledo que quiere vivir en el Casco como vecinos, pero la oferta inmobiliaria está copada por el sector empresarial turístico, lo que, además, origina una subida de precios en los alquileres que expulsa a los viejos residentes, y crea una barrera económica a los nuevos». Que, en un barrio, según la normativa urbanística vigente, de carácter residencial, haya seis ofertas de alquiler turístico por cada oferta de alquiler residencial, «es la descripción de que la vivienda está siendo prostituida por el sector empresarial turístico, y que en el barrio, el ejercicio del derecho a la vivienda está siendo sustituido por hacer de la vivienda un negocio turístico». 

En consecuencia, apunta Alarcón, decir que el problema está solo en las viviendas vacías «es decir una media verdad interesada», que solo intenta ocultar y justificar que todas las 1,200 viviendas vacías desaparezcan solo para ser alojamientos turísticos. También preocupa en Iniciativa la falta de control e inspección, tanto del Ayuntamiento como de la Junta de Comunidades de las viviendas utilizadas como negocios de alojamientos turísticos. Los datos oficiales sobre número de estos negocios apenas son el treinta por ciento del realmente existente. 

Población. Relacionado con la turistificación inmobiliaria, Iniciativa llega a la conclusión de que «a más alojamientos turísticos, menos viviendas residenciales, menos vecindario». Los resultados decrecientes del número de habitantes en el Casco son la prueba de que no hay una gestión política eficaz de mantenimiento y recuperación de población del Casco.

Para los gobiernos municipales, se lamenta Alarcón, «es más fácil instalar millones de luces decorativas en monumentos que atraer a un solo vecino residente más». Porque si hace unos años, siendo concejal del Casco Ángel Felpeto, se reconocía que el Casco, con 11.000 vecinos, tenía un problema de despoblamiento que afectaba al comercio de proximidad. Ahora, desde las instituciones se dice, «interesadamente», que los insuficientes 10.411 vecinos actuales son una población óptima para el barrio. «Pero es una afirmación tendenciosa: al respaldar la falsedad de que en el Casco hay vecinos suficientes, se justifica que las viviendas vacías, en lugar de orientarse a satisfacer el derecho a la vivienda en el barrio, se entreguen al sector empresarial turístico», explica el portavoz vecinal. 

Consorcio. La tercera pata del problema que saca a colación Iniciativa es el Consorcio. «Esta institución refleja, perfectamente, que rehabilitar edificios no es lo mismo que revitalizar con vecinos el Casco histórico», explica Alarcón. Porque a pesar de la prohibición expresa de subvencionar directamente proyectos turísticos, «a través de convenios, sigue subvencionando por otras vías, con dinero público, proyectos de negocios inmobiliarios de construcción de hoteles y alojamientos turísticos».