Comunicar el barrio de Palomarejos a través de sendas peatonales, la apertura de nuevos espacios públicos, dotar de ascensores exteriores a los edificios de Corea y la reutilización del antiguo hospital Virgen de la Salud mediante una fórmula multiusos -que convierta al edificio en residencia universitaria con área comercial, zonas de ocio y espacios culturales- son algunas de las propuestas que un grupo de alumnos de quinto curso de Arquitectura han planteado para el entorno que rodea al hospital Virgen de la Salud.
Su diagnóstico general del barrio y un resumen de estas iniciativas, coordinados por José María de Ureña, catedrático de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Universidad de Castilla-La Mancha, han sido publicados dentro de la colección Cuadernos de Ingeniería, Arquitectura y Territorio (Universidad de Castilla-La Mancha). No es la primera vez que la Escuela de Arquitectura de Toledo elige el barrio de Palomarejos como objeto de estudio, pues ya lo hizo durante el curso 2015-2016. Ahora, no obstante, se ha sumado al ejercicio el aprovechamiento del Complejo Hospitalario, que pronto se trasladará definitivamente al barrio de Santa María de Benquerencia.
«Como muchos barrios similares en España -recoge en las conclusiones José María de Ureña-, Corea no es un barrio conflictivo, lo que ha significado que la administración pública no se haya visto urgida a ayudar a su regeneración. Sin embargo, hemos demostrado que tiene grandes carencias y que esta es necesaria». Sus calles, añade, «son numerosas (quizá excesivas) y similares». Los estudiantes «plantean modificarlas para aumentar el uso peatonal, pues la desaparición del hospital -«una oportunidad para establecer una nueva actividad dinamizadora a escala urbana para sustituir la actividad sanitaria», según el catedrático- reducirá el número de plazas de aparcamiento necesarias». Con respecto a las propuestas para dotar de ascensor a los edificios, «pretenden reducir la inversión, aportar ventajas a los pisos en planta baja, facilitar un segundo baño o establecer mejoras energéticas pasivas».
Las propuestas de los alumnos, recogidas tras una presentación por parte de Ángel Barrado y del propio Ureña, abordan aspectos como la conexión del barrio con el entorno, el nuevo uso del hospital, los edificios y las calles interiores. Estas iniciativas son las siguientes: «Un barrio abierto hacia Toledo» (Rubén Balmaseda, Ángel Barrado, Emilmar Carrasquel, Pedro Herrero, Carlos Jiménez y Soledad Solís), «Contacto entre vecinos» (Ángela Alcaide, Pilar Pardo, Daniela Galindo y Rocío Sánchez), «Espacios comunitarios» (Roxana Chinchay, Ezba Eroles, Ángela López, Ana Martín, Tatiana Pérez y Dasha Ramos), «Galería verde» (Clara Cobos, María Luisa Crespo, Álvaro Marcos, Alberto León, María del Carmen Díaz-Toledo y Pilar Trujillo), «Autofinanciación por fases» (Marta Ancos, Arancha García, Celia García, Miguel Jiménez, Daniel Juan y Pilar Olivet), «Ampliando las viviendas» (Sergio Jodar, Álvaro Infantes, Jose Carlos Martín y Alejandro Sánchez) y «Jardín vertical» (Violeta Calvo, Raquel Campoy, Elena Díaz-Alejo, Lucía García Laura y Martín Daniel Negrín).
Los autores del estudio agradecen su colaboración a la Confederación Regional de Asociaciones Vecinales, Consumidores y Usuarios de Castilla La Mancha (CAVE C-LM), así como a la asociación de vecinos La Voz del Barrio. La publicación ha sido dedicada al arquitecto municipal Ignacio Álvarez Ahedo, reconocido urbanista, recientemente fallecido.
Los contenidos de este volumen están disponibles en el repositorio digital Researchgate.
La colección Cuadernos de Ingeniería, Arquitectura y Territorio contiene otros trabajos relacionados con nuestra ciudad, como Los cigarrales de Toledo: Idealización y deterioro de un paisaje cultural (número 8) y El hábitat unifamiliar en ciudades históricas de regiones metropolitanas policéntricas: El caso de Toledo (13).