Al auxilio del planeta y de los ecosistemas

SPC
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Aqualia mantiene un compromiso diario con la naturaleza y la defensa del entorno

Imagen de la EDAR de Estiviel (Toledo), en donde se desarrollan los proyectos ADVISOR y DEEP Purple.

Implicadas con la restauración de los ecosistemas, a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático y en pleno movimiento por la recuperación del planeta. Esos son algunos de los compromisos diarios que realizan las empresas gestoras del agua en sus nuevos proyectos.    

Por eso, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra este sábado, estas compañías quieren poner en valor su actitud medio ambiental por la defensa del entorno y la naturaleza

En este año de pandemia, este sector ha sabido combinar la prestación del servicio sin apenas alteraciones con el mantenimiento de medidas que les permitan proteger el medio ambiente.

Por eso, con la confianza de haber superado lo peor de la crisis sanitaria, el sector del agua debe mirar hacia el futuro con la vista puesta en tres objetivos: la renovación de infraestructuras obsoletas, la digitalización de redes y contadores y la eficiencia energética como motores de empleo, integración de los territorios poco poblados, economía circular y transición verde. 

Precisamente, la gestión del ciclo integral del agua adquiere un papel protagonista, así como la intervención de compañías altamente especializadas que desarrollan iniciativas para la mitigación y adaptación al cambio climático. El estrés hídrico es una de las grandes amenazas que España debe afrontar en los próximos años para tratar de minorar el descenso de las precipitaciones y su distribución cada vez más irregular. En este sentido, urge anticiparse a la previsible crisis del clima y también del agua, ya que el éxito de las estrategias y políticas contra el cambio climático requiere incorporar el agua como vector estratégico. 

 

Compañía líder

Las actividades del ciclo integral del agua están integradas en el medio natural y, por eso, el cuidado del medio ambiente resulta algo intrínseco en el día a día de la gestión de estos servicios. Impulsar una transición justa que reduzca el consumo hídrico y energético, definir una estrategia con menos emisiones e implicarse en la recuperación y protección de los ecosistemas son obligaciones ineludibles para seguir garantizando la sostenibilidad del planeta y contribuir a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

Frente a estos importantes retos que marcarán el desarrollo de las próximas generaciones, España cuenta con la baza de un sólido marco de colaboración público-privada. Tal y como reconoce Naciones Unidas7, estos objetivos «solo se pueden conseguir con asociaciones mundiales sólidas y cooperación». 

En este sentido, España cuenta con empresas que figuran entre los líderes mundiales en la gestión del agua y cuya experiencia, equipos y capacidades técnicas se ponen al servicio de la ciudadanía. El objetivo es garantizar la prestación futura de los servicios hídricos que actualmente disfrutamos con el mismo nivel de excelencia y sobre la base de la triple sostenibilidad: social, medioambiental y financiera.

En esta línea se encuentra el primer acuerdo de compraventa de energía renovable a largo plazo (PPA), suscrito por Aqualia y pionero en el sector del agua, para suministrarse de energía verde, apostando por una transición hacia fuentes de energía más sostenibles. 

Desde hace años, la compañía también trabaja en la reducción de las emisiones en su actividad. Aqualia fue la primera empresa del sector del agua en registrar la Huella de Carbono (HC) para toda su actividad en España. Esto supone un valor añadido a los municipios en los que presta servicio, al desarrollar las actividades con el mínimo impacto ambiental y la máxima eficiencia energética.

Ser más sostenibles aún es un gran reto a largo plazo, y Aqualia lo pone en práctica cada día con la gestión de más de cinco mil instalaciones (potabilizadoras, desaladoras, depósitos, bombeos, depuradoras), con la aspiración de alcanzar la máxima eficiencia, el 100 por 100 de la circularidad del agua, la creación de infraestructuras de alto rendimiento y la implantación de tecnologías propias de las smart cities aplicadas al ciclo del agua.

Un gran reto pasa por lograr que las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) se transformen en verdaderas biofactorías y contribuyan activamente a luchar contra la emergencia climática. Para ello, Aqualia desarrolla varias líneas de investigación orientadas a la recuperación y transformación de materia orgánica con el objetivo de convertirla en subproductos bio que puedan tener una nueva vida. En este sentido, el objetivo de Aqualia es convertir las EDAR en estaciones circulares capaces de recuperar, transformar y valorizar los residuos en recursos aprovechables. 

Muchos de los proyectos impulsados por Aqualia incorporan soluciones que garantizan el tratamiento de las aguas residuales de forma eficiente, segura y respetuosa con el entorno. Algunos de ellos se están desarrollando en áreas protegidas, como por ejemplo, en la EDAR de Estiviel, en Toledo. Allí se desarrollan dos proyectos de innovación. El proyecto Scalibur (Scalable Technologies for Bio-Urban Waste Recovery) que desarrolla una solución innovadora para llevar a cabo una gestión sostenible de los biorresiduos urbanos y  el proyecto Deep Purple que  tiene como objetivo el desarrollo de un sistema de tratamiento de aguas de bajo coste basado en bacterias púrpuras. Este procedimiento permite la valorización de las aguas residuales y la generación de cinco nuevos bioproductos con aplicación comercial en los sectores de cosmética, construcción, plásticos y fertilizantes.

 

Instalaciones sostenibles

La actividad de Aqualia tiene un impacto directo en el medio ambiente, por eso deben tomarse las medidas necesarias y desarrollar las tecnologías que estén a su alcance para que ese impacto sea lo menor posible. Este esfuerzo ya se está viendo reflejado en los resultados obtenidos en algunas instalaciones de Castilla-La Mancha.