La mascarilla, el primer obstáculo del ocio nocturno

Jaime Galán
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Desde el sector celebran su reapertura sin restricciones, pero coinciden en que existe un «vacío legal» en torno al uso de la mascarilla. Piden más concienciación a los clientes

El ocio nocturno sin restricciones - Foto: Christian Castrillo

Quién le iba a decir a un usuario común de discotecas que iba a bailar en sus pistas con el rostro tapado por una mascarilla. No se podía saber que se trata de una norma con tendencia a incumplirse. Este es el primer obstáculo que se han encontrado los responsables del ocio nocturno en su ansiada reapertura, desde hace año y medio. Para ellos, es obvio que es una preocupación que no se respete el uso de la mascarilla, pero argumentan que es un «mal menor» teniendo en cuenta de dónde venían. 

Y es que el ocio nocturno está de enhorabuena...vuelven a abrir sin límites horarios, reabren las pistas de baile, se puede volver a consumir en barra...pero con un matiz «difícil de controlar» según Víctor Carrillo, representante del ocio nocturno en Toledo. Es el de mantener las restricciones sanitarias, como ese uso de la mascarilla y una debida distancia de seguridad. Carrillo mantiene que están poniendo los medios necesarios para que esto salga bien y se respete, pero admite que «nadie es ingenuo y, al mínimo despiste, los clientes se quitan la mascarilla». 

Otro de los afectados es Borja García, encargado de Café del Trópico. Él lo cataloga como un vacío legal en la normativa. Explica que cuando ellos le piden a un cliente que, por favor, se ponga la mascarilla, estos les responden que están bebiendo,  a lo que García dice «no podemos hacer nada».

Los propios usuarios reconocen esta problemática. Óscar, de 25 años, nos cuenta por su experiencia personal en estos primeros días de vuelta al ocio nocturno, que en las primeras horas, la gente responde y mantiene la distancia y la mascarilla, pero que según avanza la noche, «todo el orden se pierde y se vuelve a la actividad normal en una discoteca pre-pandemia».

Los propios locales de ocio nocturno buscan cubrirse las espaldas y, a pesar de poder abrir el aforo al cien por cien, coinciden en que apuestan por mantenerlo reducido para que haya más espacio y se respeten las distancias de seguridad entre personas. También optan por colocar mesas en mitad de la pista para evitar las aglomeraciones, pero especifican que «es complicado de evitar, porque la gente acaba creando sus propios grupos y burbujas».

Lo más positivo para todos ellos es la respuesta que ha tenido el público en su vuelta. Borja García admite que durante estos días se ha quedado mucha gente fuera. Carrillo añade que el perfil de asistente a sus locales es el de las personas que han perdido el miedo al virus. «Quién no se siente seguro, no va a venir a nuestros locales».

Otros usuarios del ocio nocturno, como es el caso de Tania, hablan de que desde el punto de vista mental, muchos jóvenes necesitaban volver a las discotecas. «Aunque haya que mantener ciertas medidas, necesitamos socializar».

CONCIENCIACIÓN. «Todos podemos poner algo más de nuestra parte». Es el mensaje que Borja García manda a sus clientes. Tras año y medio, prácticamente sin ingresos, tiene miedo a un hipotético cierre porque no se cumplan estas medidas. Por ello, pide que la gente respete la normativa porque «la pandemia aun no ha acabado». García también explica que, aunque en su caso no han estado cerrados durante estos 18 meses, sí que les han obligado a reinventarse. «Que una discoteca tenga que abrir en horario de tarde es como si un restaurante no pudiera servir comida». 

Los representantes del sector lo tienen claro. Están muy contentos por su reapertura, pero creen que de nada servirá «dar un paso adelante, si luego volvemos a dar dos hacia atrás».

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