La nueva bolsa de empleo de guionistas cómicos

I.G.Villota
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Javier Valera, Pilar de Francisco y Denny Horror perfilan las redes sociales como un nuevo caladero donde pescar guionistas en una clase magistral para alumnos de comunicación

La nueva bolsa de empleo de guionistas cómicos - Foto: Yolanda Lancha

Javier Valera, Pilar de Francisco y Denny Horror son guionistas de humor de radio y tele. La mayoría de los profesionales de este sector empezó a ‘petarlo’ con el nacimiento de canales televisivos como Cuatro o La Sexta. Con ellos arrancó el ‘boom’ de los programas humorísticos, un género que empezaron a aplicar, incluso, los magazine del corazón.

Ahora estos profesionales, que llegaron al éxito de manera muy variopinta, pero principalmente tras estudiar periodismo o comunicación audiovisual, se enfrentan a que las redes sociales se han convertido en la nueva bolsa de empleo de los guionistas cómicos. Incluso se dirigen a chavales interesados por este género que no ven la tele. Consumen canales de Youtube, o de otras plataformas, y siguen perfiles de Twitter u otras redes, que en tono de humor critican la actualidad política informativa. El pan nuestro de cada día.

Así lo expusieron ayer, en tono descriptivo y no crítico, estos tres guionistas, quienes participaron en los Encuentros de Cine ‘Reyes Abades’ promovidos por el festival del Cine y la Palabra (CiBRA) de Toledo. Lo hicieron ante un centenar de estudiantes del grado de Comunicación Audiovisual del instituto Alfonso X El Sabio del Polígono. «Gracias a las nuevas plataformas y a las redes sociales hacen que tu trabajo se expanda y llega a más gente y te conozcan de una manera más sencilla y cercana, mientras que antes sí o sí tenías que estar metido en televisión, si no, no eras nadie», indicaron.

La sala Thalía fue el escenario donde se desarrolló la masterclass ‘Vivir del chiste: el oficio de escribir humor para TV’, donde estos tres cómicos, quienes forman parte de ‘La Retaguardia’, un grupo de guionistas de programas de humor de televisión y radio, explicaron qué hay que hacer para dedicarse a esto y analizaron algunos aspectos de la profesión.

La charla se celebró en clave de humor, demostrando el buen hacer de tres de los mejores en el oficio en la actualidad, y los estudiantes plantearon sus dudas y sus preguntas. «¿Hace falta estar de buen humor para escribir humor?», planteó uno de los estudiantes. «No, no es necesario para escribir guiones divertidos», contestó Denny Horror. Él llegó a este mundo desde la comedia. Ejecía de cómico en bares. Allí le vieron y le ficharon. Ha estado al frente de programas tan conocidos como Loco Mundo, El programa de José Mota o La Resistencia.

Javier Varela estudió Comunicación Audiovisual. En la asignatura de guion se percató de que quería escribir para los late night americanos, que conoció viendo Los Simpson . Se pagó un master específico y empezó en la Noche H de Eva H. Ha estado en casi todos los programas exitosos en este registro. También ha hecho corazón, donde, explica, se guioniza y se ceba todo. «Es como escribir una serie», indica, recordando cuando se encerraron en un despacho para escribir casi un mes de programas en torno a una de las rupturas sentimentales de Kiko Rivera.

Varela reivindica la dificultad de escribir humor. «El humor es muy difícil. No se entiende tanto porque se piensa que forma parte de la personalidad. Eres gracioso o no lo eres. Y no, esta es una faceta profesional. Si le pasa algo a un familiar tienes que seguir escribiendo chistes».

Pilar de Francisco integra el equipo de guion de Late Motiv de Buenafuente. Son nueve, tres chicas, una cifra «elevada» porque la cuota femenina está baja en el sector, lamenta. Estudió Periodismo. Empezó en la Paramount con Joaquín Reyes. Se marchó al extranjero. Siguió formándose. También lo intentó como cómica en pantalla  pero tras un largo periplo, encontró su lugar en el mundo del guion.

Ensalza el buen trabajo que se hace en su programa, un espacio muy vivo pegado a la actualidad informativa. «Tenemos que escribir el monólogo diario en tres horas y en la tormenta de ideas creamos un ambiente distendido para poder decir tonterías con libertad. De una tontería inicial puede salir otra y de ahí un buen chiste», confesó.