CALLES DE PRIMERA...Y DE SEGUNDA

J. Monroy | TOLEDO
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>Mientras que algunas calles reciben una importante inversión, otras se saldan con el 'plan tacones'. No quedan claros los criterios por los que el Consistorio toma la decisión de renovar un vial u otro.

CALLES DE PRIMERA...Y DE SEGUNDA - Foto: Víctor Ballesteros

¿Qué criterios utiliza el Ayuntamiento para ver qué calles del Casco renueva y cuáles no? ¿Por qué unos viales se renuevan por completo con un nuevo firme y todos los servicios soterrados y otros igual de necesitados reciben la lechada de cemento del tan criticado ‘plan tacones’? ¿Por qué mientras calles principales del Casco como la propia Comercio, Carlos V o Santo Tomé continúan con el irregular e incómodo canto rodado, otros viales sí se han renovado ya? El criterio, sin duda, no está nada claro. No son los viales más transitados, ni los más habitados o turísticos, ni los que piden los vecinos, y ni siquiera en muchas ocasiones los más deteriorados.

Las dos últimas actuaciones en renovación del firme han venido de la mano de Tagus y el Consorcio. Como consecuencia de la rotura de tuberías de hace un año, se ha visto la necesidad de conectar todo el Casco a Picadas. Aprovechando que Tagus ha tenido que levantar el vial para renovar el suministro, también ha renovado el firme, con una inversión total de 132.000 euros. La actuación de San Clemente viene después de que allí se hiciera una primera intervención por parte del ‘plan tacones’ -que fue muy criticada- y de que posteriormente se volviera a abrir el vial para la instalación de gas. Tras años de dimes y diretes, en los que estaba previsto que el Ministerio de Fomento ejecutara la obra con el 1% Cultural, el Consorcio finalmente sacó a licitación la obra por 358.897 euros y obtuvo una rebaja de un 25 por ciento. En noviembre comenzó la actuación, para acabar con las humedades y el deterioro del firme, pero aún, se lamentan los vecinos, no se ha llevado a la Junta de Distrito.

Mientras tanto, en febrero del pasado año se inició el denominado como ‘plan tacones’, que en principio iba a afectar a sesenta calles (22 de forma integral y cuarenta parcial) e iba a contar con un presupuesto de 75.000 euros. Su objetivo era «mejorar la comodidad del viandante y que se pueda transitar sin molestias con carritos de la compra o de bebé y cualquier tipo de calzado». Y el Ayuntamiento anunció que lo llevaría a cabo con sus medios propios, para tratar de estirar el dinero y llegar al máximo de calles posibles.

Sin embargo, la lechada blanca sobre el canto rodado no ha convencido a todos. Los más puristas critican los efectos estéticos y lo han calificado de «chapuza». De hecho, el Ayuntamiento paró la actuación para revisarla y adecuarla al gusto de sus críticos. Otros han llegado a plantearse cuánto tiempo durará la lechada en las calles más transitadas.

Recientemente, se ha retomado el ‘plan tacones’ con una actuación en el Horno de la Magdalena. Continúan con plaza Amador de los Ríos, calle de San Ginés y travesía de las Gaitanas. Lo que sigue sin quedar claro es qué criterio se sigue para que calles como estas se incluyan en la actuación, y otras, como la vecina Pajaritos, reciban inversiones de 424.638,56 euros.

El alcalde de la ciudad, Emiliano García-Page, aprovechó la visita a las obras de Santa Úrsula para anunciar que se pondrán en marcha ocho obras para mejorar la accesibilidad gracias al ‘plan tacones’ y al de renovación urbana. Las actuaciones comenzarán en breve, ya que «no pueden realizarse ni con mucho frío ni con mucho calor», explicó Page. A pesar de que aún no se conoce el plan de obras, el alcalde sí comentó que las actuaciones se llevarán a cabo en Horno de la Magdalena, en San Ginés, en San Miguel, en Amador de los Ríos, en la calle Instituto, en la Bajada de Barco desde la Cornisa hasta el embarcadero y desde la Plaza de los Tintes a la calle Incurnia. Tampoco el primer edil aclaró qué calles entrarán en cada actuación, ni qué criterios se ha seguido para hacerlo.

El Consorcio se ha convertido en las últimas décadas en el principal brazo ejecutor del Ayuntamiento en materia de renovación de firme. Atrás quedaron los inconclusos y criticados proyectos de Bajada del Barco y Pozo Amargo. La actuación de La Granja era muy reivindicada, pero a la postre tampoco se ejecutó tal y como la programó su arquitecto. Otras de sus intervenciones han sido las de la plaza de Alfonso VI, el corralillo de San Miguel, las Bulas, San Pedro o Amador de los Ríos. Muchos de estos proyectos se estaban pidiendo desde hace tiempo en la Junta de Distrito del Casco, pero en otras ocasiones, también aquí, se desconocen los criterios. En cualquier caso el resultado tiene una factura más propia de una ciudad patrimonio de la humanidad.