Para lograrlo se necesita que toda la población participe y no sea sólo una cuestión de decisiones políticas; de ese modo se podrá alcanzar una moderación en el consumo, aumentar el ahorro energético, explican desde el centro en nota de prensa.

Este proyecto de dos años involucra directamente a unos 120 alumnos procedentes de los cuatro países participantes (Francia, Alemania, Polonia y España). Los alumnos que participan en el proyecto conviven, en cada intercambio, durante una semana con una familia del país de destino. Allí están coordinados por profesores de dichos países que promuevan dinámicas de cambio.

En este primer año las actividades se centrarán en el entorno escolar. Los alumnos trabajarán en distintos equipos que aborden temas como el reciclaje, la alimentación, energía, agua y ropa, para terminar organizando un evento en el que den a conocer a familias y otros alumnos las conclusiones que han alcanzado.

En el segundo año el objetivo es la comunidad en un sentido más amplio, local, nacional y europeo, por lo que será inevitable abordar además el tema del transporte y la movilidad de la población.

Estos proyectos no sólo cumplen los objetivos oficiales, sino que tienen otros beneficios subsidiarios como la mejora de la competencia en la lengua extranjera, el aprender las dinámicas del trabajo en equipo y habilidades de escucha, aprender a dialogar, a hacer concesiones, a argumentar y defender los propios puntos de vista… En definitiva, los alumnos adquieren un conjunto de competencias que les ayudarán en su vida, además de ser conscientes del valor de su voz como ciudadanos europeos para propiciar el cambio.

Objetivo principal es que, de acuerdo con la OMS y la ONU, el desarrollo sostenible no debe aparecer solo en programas, sino que debe llevar a un cambio en el comportamiento.