Nuevo órdago contra Maduro

M.R.Y. (spc)
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Estados Unidos ha lanzado un plan para la «transición democrática» que pretende desarmar a un chavismo que mantiene su rechazo

Nuevo órdago contra Maduro - Foto: Carlos Garcia Rawlins

Estados Unidos mantiene su pulso contra Nicolás Maduro y su Gobierno y, aunque el planeta se enfrenta a la crisis del coronavirus, siendo el país norteamericano el más afectado del mundo, los planes de Donald Trump para expulsar al chavismo de Venezuela siguen activos. Es más, se han intensificado en las últimas semanas.

Así, ante la imposibilidad de sacar a Maduro del poder con la imposición de sanciones, la imputación del presidente por «narcoterrorismo» y las permanentes amenazas de una intervención militar sobre la nación caribeña, la Casa Blanca ha decidido optar por un «plan para la transición democrática» en el país que busca una salida dialogada a la crisis política, según aseguran desde Washington, que busca con esta propuesta captar el apoyo de la cúpula de las Fuerzas Armadas bolivarianas para acabar de una vez por todas con el poder del dirigente chavista.

De hecho, la oferta da garantías a la cúpula castrense -aliada del actual Ejecutivo- durante la vigencia de un hipotético Gobierno de transición, que duraría entre nueve y 12 meses hasta que se celebrasen unas elecciones «legítimas», en un intento de que el Ejército se levante contra Maduro para evitar represalias si hay otro tipo de intervención. «Los militares jugarán un papel importante a la hora de determinar cómo será el cambio pacífico», apuntan en su guiño.

Ese Gabinete temporal estaría compuesto, según insisten desde EEUU, por dos miembros del chavismo y otros dos integrantes de la coalición opositora -en ningún caso podrían ser sus líderes, Maduro y Juan Guaidó, a los que se pide que «se hagan a un lado»-, y estos cuatro integrantes del «Consejo de Estado de transición» deberán escoger a un quinto integrante que ejercería como mandatario interino y que no podría presentarse como candidato en los futuros comicios.

Llama especialmente la atención que en el plan de Trump, Guaidó, al que EEUU reconoce como «presidente encargado» de Venezuela -al igual que otro medio centenar de naciones-, se tenga que echar a un lado, al igual que el dirigente chavista. Una postura que justifican en que se trata de «la única opción para salir de este callejón sin salida» y que acepta el propio líder opositor, quien no ha dudado en avisar a su adversario que, si no acepta esta propuesta, «habrá medidas más duras contra la dictadura».

Evidentemente, Maduro ha mostrado su rechazo absoluto, considerar que se trata de una «cortina de humo» de la Casa Blanca para tapar su «mala gestión» en la crisis del coronavirus.

el palo y la zanahoria. El jefe del Ejecutivo mantiene que Estados Unidos no es un interlocutor válido y desconfía de sus intenciones. De hecho, a pesar de que Washington se ha conprometido a retirar las sanciones sobre Venezuela, el mandatario seguiría entre los más buscados de EEUU porque se mantendrían los cargos por «narcoterrorismo» que se presentaron a finales de mes.

Trump parece haber sacado el palo y la zanahoria para hacer picar a Maduro. Sin embargo, la Casa Blanca sigue sin darle una salida a un mandatario que, además, sigue -seguía, puesto que ahora no se puede salir a las calles- recabando apoyos en multitudinarias manifestaciones. «No tenemos un tratado de extradición con Venezuela, así que si la gente a la que hemos acusado nunca deja Venezuela o se va a un país con el que tampoco tenemos tratado de extradición, como Cuba o Rusia, estarán fuera del alcance de nuestro sistema de Justicia», deslizaron desde Washington.

La nueva «amenaza» vertida no parece tener recorrido. El problema será si se endurecen las actuaciones, como augura EEUU.