Casetas, dispensadores de comida y césped artificial. Es la descripción del espacio habilitado en el instituto Universidad Laboral de Toledo para la colonia de gatos callejeros que vive desde hace años en el centro educativo. Allí se ha aplicado el método de captura, esterilización y retorno (CER) y los felinos se encuentran en condiciones óptimas, integrados entre la comunidad educativa. Esta ‘ciudad de vacaciones’ gatuna es fruto del compromiso de la profesora Alicia Aguilera, de la Asociación Ecológica Felina, quien se propuso crear un espacio amigable para los felinos gracias al programa ‘Ecoescuelas’ con la esterilización -parcial- de los animales. 

Cuenta que el Ayuntamiento les dio permiso para ponerlo en marcha, pero lo suspendió cuando las esterilizaciones aún no estaban completadas, lo que ha propiciado que la colonia siga reproduciéndose y creciendo exponencialmente, algo que ocurre en buena parte de las colonias de la ciudad. 

Denuncia la falta de compromiso y valentía del equipo de Gobierno municipal y se queja de que la concejala de Servicios Medioambientales, Noelia de la Cruz, lleve «meses» sin recibir a los voluntarios que gestionan de manera altruista las colonias. 

El nivel de compromisos de estos más de 60 toledanos es claro, toda vez que más de una veintena de ellos pagan de su bolsillo esterilizaciones, 22 en el caso de Alicia. 

Cifra en unas 150 las esterilizaciones del Ayuntamiento, muy alejadas de las 400 de las que habla la concejala del área, y lamenta su «falta de implicación». 

Alicia insiste en que es «insostenible» la falta de control de las colonias en la ciudad y alerta del «desequilibrio ecológico» que esto está produciendo en detrimento de otras especies. 

Pide compromiso, presupuesto y valentía, así como un espacio adecuado para asentar las colonias en condiciones adecuadas y sin molestar. Se queja de que el Ayuntamiento no haya ofrecido ya una respuesta clara al respecto.