Se han esterilizado a 400 gatos la pasada legislatura

I. G. Villota
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La edil de Servicios Medioambientales garantiza que no es un problema económico y se compromete a aplicar el programa de esterilización y suelta donde no haya controversia.

El cementerio es la próxima ubicación barajada para poner en marcha la captura, esterilización y retorno (CER) de los animales, en una de las colonias más numerosas. - Foto: Yolanda Redondo

La ciudad de Toledo tiene numerosas colonias de gatos callejeros con un censo de entre 1.000 y 2.000 felinos. Una situación que genera posiciones enfrentadas, al ser radicalmente opuestas, entre quienes abogan por sacar de la calle a los animales, al considerar que ocasionan problemas de suciedad y salubridad en espacios públicos y también en privados, además de ruidos y otras molestias, y quienes defienden el cuidado, la alimentación y la protección de los felinos. Una controversia que el Ayuntamiento de Toledo afrontó durante la pasada legislatura, convirtiendo la gestión de las colonias callejeras en uno de los temas capitales de las sesiones del Consejo Local de Medio Ambiente. 

La concejala de Servicios Públicos Medioambientales, Noelia de la Cruz, asegura que el Consistorio capitalino ha esterilizado a 400 gatos callejeros desde 2015. Haciendo un cálculo a mano alzada, se ha gastado casi 50.000 euros de presupuesto, toda vez que la castración de un macho puede oscilar entre los 50 y 100 euros pero la de una hembra puede superar los 200. «Hay una partida importante en el área de Medio Ambiente para temas transversales como este y siempre hay presupuesto para abordarlo», asegura. 

De la Cruz garantiza el «compromiso» del Gobierno municipal con este problema y asegura que no es una cuestión económica, motivo por el que seguirán apostando por aplicar el método CER -siglas de Captura, Esterilización y Suelta- en aquellos especias públicos «donde no haya controversia», es decir, donde su puesta en marcha, cuente con el beneplácito vecinal y sortee los posibles conflictos.

Explica que se han puesto en marcha, de manera «satisfactoria», en el instituto Carlos III, en la ronda de Buenavista, el instituto Universidad Laboral, el entorno del centro Apace en el Polígono, entre otras ubicaciones. 

El parque de las Tres Culturas es el último espacio donde están desarrollando el programa. Allí han esterilizado a unos 40 gatos y quedan «entre 10 y 15 por hacer», indica la responsable municipal. «Vamos a terminarlo», asegura.

El cementerio, donde está posiblemente la colonia más numerosa de la ciudad, es el próximo lugar donde el Ayuntamiento está pensando aplicar el CER. 

Sobre las críticas vertidas por diferentes protectoras de animales, alertando de que hasta ahora ha habido «una incorrecta aplicación» de los métodos, al tiempo que aseguran que «se han interrumpido procesos de esterilización», lo que hace «inútil» el «esfuerzo realizado y el dinero invertido», De la Cruz defiende que el método CER es «sencillo» y «se está aplicando bien» en la ciudad. 

La concejala subraya que es fundamental «la colaboración ciudadana» para la correcta aplicación y agradece a los cuidadores voluntarios su implicación con el proyecto. 

Desde 2009. El Ayuntamiento de Toledo lleva años trabajando en el control de las colonias de gatos que están en la calle. Desde 2009 han desarrollado en la ciudad varios programas de captura, esterilización y suelta, conocido como CES, ahora denominado CER. Además, el Consistorio afronta el gasto de algunas esterilizaciones. Pero no hay un presupuesto concreto como sí tiene la perrera municipal. Desde el área de Medio Ambiente, los técnicos siempre han indicado que el principal reto no es tanto fijar una partida específica para el control de colonias felinas, algo que ve asumible como desde hace muchos años tiene la perrera, sino tener las garantías de que el programa CES no va a provocar conflictos. 

Los profesionales abogan por afrontar las colonias de gatos como un problema de ciudad, importante. Indican que el objetivo del Ayuntamiento es concitar el mayor acuerdo dado que en este asunto se produce habitualmente choque de trenes. Hay personas con una gran sensibilidad por la protección animal, que se encargan de los cuidados y la alimentación de los felinos callejeros, y otras personas que se quejan de la suciedad, las molestias o los olores que generan. Suelen recibir más quejas de estos últimos. La filosofía municipal es muy clara: No se sacrifican gatos callejeros, a no ser que tengan enfermedades que puedan contagiar a otros animales o que hagan insufrible su vida, como el sida felino, por ejemplo. 

Una de las claves está en que no se trata de animales abandonados, sino que hay muchos que viven en la calle porque nacen en la calle. Otro de los asuntos clave tiene que ver con la elección de los lugares donde estabilizar las colonias una vez esterilizados los gatos que la integran para no ocasionar conflictos con ciudadanos. Para que las molestias sean las menores.