Entrañables recuerdos para abrir las puertas de la Navidad

Leticia G. Colao
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El profesor universitario y Doctor en Historia de la Educación Ángel Monterrubio ofreció en El Salvador un pregón marcado por las anécdotas y personajes navideños de tiempos pasados en la ciudad

Entrañables recuerdos para abrir las puertas de la Navidad

La Navidad talaverana arrancó oficialmente en la noche de ayer con el pregón navideño del profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Ángel Monterrubio. Doctor en Historia de la Educación y miembro del colectivo cultural ‘La Enramá’, el también colaborador de La Tribuna anunció la llegada de la época más mágica del año con una intervención en la que utilizó la memoria para recordar cómo era la Navidad en Talavera hace algunos años.

Como no podía ser de otra manera, Monterrubio tiró de ironía, de sus muchos conocimientos y de chascarrillos que dieron lugar a uno de los pregones más amenos de los últimos años, lo que además sirvió de homenaje resaltando el papel de algunos «tiempos, situaciones y personajes que siguen en nuestro imaginario común».

La Navidad, dijo, es «la fiesta de las fiestas» por su carácter entrañable, emotivo y familiar. Así, la Nochebuena era en Talavera y sus tierras, en detrimento de la de San Juan, «la noche más mágica del año», con costumbres ancestrales, algunas ya perdidas. Tanto es así, que los que nacían el 24 de diciembre se decía que «gozaban de dones especiales como el de curar o adivinar el futuro y barruntar cuando había desgracias».

Entrañables recuerdos para abrir las puertas de la NavidadEntrañables recuerdos para abrir las puertas de la NavidadAhora, el panorma ha cambiado bastante y «hay infinitos productos pseudonavideños» que se exponen «en los mega, híper, súper que hay en cada esquina» mientras que millones de adornos navideños por toda la ciudad o las «terrazas-club» con pequeñas bombillas multicolores hacen montajes barrocos. «Todo ello, antes de que llegue la curva de noviembre», por lo que aconsejó al concejal de Festejos, Daniel Tito, que se aprovechen las decoraciones de las Ferias de San Mateo.

Respecto a la Navidad en Talavera, «en mi niñez», dijo el pregonero, las expresiones externas «eran menos y aparecían mucho más tarde». Así, «el disparo de salida» lo marcaba justo 15 días antes de la Nochebuena,  la instalación del cartel luminoso de ‘Felices Fiestas’ «que colgaba con alambre entre dos farolas en la carretera de Madrid justito enfrente del quiosco de Villa Rosa, siempre con alguna bombilla fundida», el «incansable» monigote trapecista en los Almacenes Moro Hogar, la decoración europea de Simago. También destacaban Almacenes Carrión, Mi Tienda o La Giralda con todo lo imprescindible para montar el Belén Casero o los ultramarinos de cada barrio, con turrones duros, «pero duro de verdad, como cemento armado». Los langostinos congelados de Pady «marcaron un antes y un después en las mesas talaveranas en Navidad, una verdadera revolución».

Otra tradición navideña era el paso del lechero, el sereno o el panadero felicitando a sus clientes las fiestas, los regalos que se llevaban a los ancianos del Asilo de las Hermanitas de los Pobres, el gran nacimiento de San Prudencio, «de los más espectaculares de España»; el puesto de zambombas y panderetas de La Corredera y los villancicos en el altavoz de Taboada. Y las celebraciones del día 24, «que no eran de cañas como ahora, sino los quintos, que muy trajeados pedían el aguinaldo con panderetas, panderos y botellas de anís».

La carraspada, bebida «antiquísima popular talaverana», o el habitual paseo del alcalde y la Corporación Muncipal en la noche de Nochebuena para felicitar las fiestas a sus vecinos son tradiciones ya perdidas.

No se olvidó Monterrubio de recordar los menús habituales de los talaveranos pudientes y menos pudientes; los décimos de lotería obligados cada 22 de diciembre; el recibimiento del Año Nuevo en la plaza del Reloj y los personajes que ya forman parte de la historia de Talavera y que en Navidad tenían su especial parte de gloria, como Moraga o el ‘Voltereta’.

También recordó que Talavera fue de las primeras ciudades pequeñas de España que organizó una Cabalgata de Reyes «de empaque». Aún hoy, añadió, sigue siendo una de las que reparte más caramelos por habitante, una media de 85 atendiendo al 1,7 millón de dulces este año y con una media de 20.000 personas en las calles. Para finalizar, ha invitado a todos a disfrutar de estas fechas y ha propuesto que «los deseos esta Navidad sean en pos de hacer la vida al prójimo un poco mejor, en paz, armonía, solidaridad».

El pregonero ha recibido de manos del concejal, Daniel Tito, del área una bola cerámica de Navidad, haciendo un claro guiño a esa posible declaración de la técnica cerámica de Talavera como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco esta misma semana. La nota musical para cerrar el acto la puso la Coral Quadrivium.