"La creatividad se ha convertido en un hiperconcepto"

M. D.
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Jesús Alcoba, el autor de 'La brújula de Shackleton' acaba de publicar 'Inspiración', un libro que divulga todos los estudios científicos que existen sobre un fenómeno del que poco se sabe

"La creatividad se ha convertido en un hiperconcepto"

En general, solemos pensar que la inspiración es ese sentimiento trascendental que precede a la creatividad y a la innovación. Sin embargo, usted separa estos tres conceptos. ¿En qué se diferencian exactamente?

Decía Percy Bysshe Shelley, escritor inglés y marido de Mary Shelley (la autora de Frankenstein) que en cuanto la composición comienza, la inspiración desaparece. El problema que tenemos con la creatividad es que ha pasado a ser un concepto tan amplio que dificulta hablar de manera precisa de todos estos fenómenos. De hecho, yo suelo decir que ya no es un concepto, sino que se ha convertido en un hiperconcepto cuyo valor explicativo es ciertamente limitado. A mi manera de ver, inspiración y creatividad son dos fenómenos complementarios aunque muy diferentes, por muchos motivos. Dos de los más importantes son que la inspiración es un estado, mientras que la creatividad es una habilidad y que, mientras que la inspiración es básicamente incontrolable, la creatividad se puede provocar y aprender. La innovación, por su lado, es algo completamente distinto, aunque también relacionado. El ciclo completo de la innovación tiene que ver con transformar una idea en un producto, servicio o experiencia de valor y, a continuación, con lograr que ese valor finalmente produzca un resultado positivo en forma de negocio. En este esquema, la inspiración es el estado responsable de la génesis de la idea. La creatividad es el trabajo ulterior que desemboca en el producto, servicio o experiencia y, finalmente, los procesos de negocio son los que logran generar el resultado de negocio esperado. Es decir, innovar es lograr que el valor construido a partir de la génesis de una idea resulte rentable.

¿Cómo se pueden aplicar en el entorno empresarial? ¿Son conceptos válidos para cualquier tipo de empresa? Pyme o grande, innovadora o tradicional…

La inspiración es uno de esos fenómenos incomprensiblemente soslayados en el ámbito empresarial cuando, realmente, posee claros beneficios en varios sentidos. En primer lugar, produce bienestar e incrementa la productividad, aspectos ambos esenciales e irrenunciables en cualquier organización. En segundo lugar, según los estudios, la inspiración es una cualidad hoy buscada en quienes deben liderar, y de ahí que hablemos de liderazgo inspirador. Por ese motivo es un concepto de plena actualidad y, desde luego, de plena aplicación en la arena empresarial contemporánea.

Su libro, Inspiración, la llama que enciende el alma, incluye datos científicos que ponen en valor la implementación de este concepto. ¿Cómo se puede medir la inspiración? ¿Es fácil de encontrar? ¿Existen barreras que la frenen?

Más que de barreras a mí me gusta enfocarlo desde un ángulo positivo y hablar de facilitadores. Es decir, bajo qué condiciones, presumiblemente, podríamos encontrar una mayor inspiración. En ese sentido hay algunas claves que es interesante destacar. La primera de ellas es lo que podríamos denominar pensamiento interseccional. Llamamos intersección al cruce entre disciplinas, es decir, a lo que ocurre cuando la cocina se encuentra con la química o a lo que pasa cuando el diseño industrial se cruza con la biología. Es ahí donde surge la inspiración y donde se desencadena la innovación. Por otro lado, cada vez le doy más valor a eso que llamamos la mente errante, que es ese proceso de soñar despiertos que experimentamos en la ducha, o cuando salimos a correr, o cuando estamos realizando cualquier otra tarea que no nos requiera mucha atención. Es en esos momentos cuando nos surgen ideas. Por tanto hay que intentar provocarlos.

Respecto a la medición de la inspiración, pienso que aún queda mucho por hacer. Conocemos algunos procesos neurales que están relacionados con ella, pero es un fenómeno sumamente complejo. Por otro lado, su carácter de estado súbito y subjetivo dificulta en gran medida su análisis. Sin embargo, yo personalmente pienso que tampoco es imprescindible medirlo todo. Hay muchas otras cosas en la vida que no medimos, y que sin embargo nos llenan. El amor es una de ellas.

Entre los proyectos que tiene en marcha para potenciar esa inspiración está Synapse, un laboratorio de ideación disruptiva. ¿Cuál es su objetivo? ¿A quién va dirigido? ¿Qué pautas se siguen para trabajar allí?

Synapse es, efectivamente, un laboratorio de ideación disruptiva. Nos hemos dado cuenta de que en muchos momentos necesitamos buenas ideas. Para crear productos, para elaborar mensajes, para generar proyectos y también para diseñar servicios o experiencias. Y no es fácil alumbrarlas. Por eso hemos creado Synapse, un taller verdaderamente práctico de una mañana en el que los participantes pueden realmente generar las ideas que necesitan para alimentar sus retos. De esta manera, no solo proporcionamos un espacio y un tiempo exclusivos, sino que ayudamos a los asistentes a aprender acerca de sus propios procesos creativos. Nuestra manera de trabajar crea un contexto de trabajo creativo, atento y dedicado en el que los estímulos y tareas que hemos diseñado impulsan la capacidad de ideación de los participantes. No hay teoría. Es 100% nuevo y 100% dinámico y práctico. Los resultados que estamos obteniendo son francamente positivos.