Virgen de la salud contra viento y marea

J. Monroy
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La meteorología y el cierre del convento de las Carmelitas llevan a un cambio de recorrido, por el recelo de que podría haber nuevas lluvias

Virgen de la salud contra viento y marea - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

Finalmente, la Virgen de la Salud ha procesionado este jueves, a pesar del agua y también del viento, invitado inesperado que casi causa la tragedia. Se había suspendido el pasado martes, precisamente, por el agua; no solo porque a la hora prevista seguía cayendo de forma intermitente, sino porque ya había mojado las calles empedradas.

Pero este jueves, aunque a la hora prevista, las seis y cuarto, lucía el sol en el cielo, nadie terminaba de fiarse. Además, con el convento de las Carmelitas Descalzas, la procesión se quedaba sin un refugio por esa zona en caso de precipitaciones. Así que, tras un pequeño debate, los miembros de la Hermandad decidieron bajar este año, como siempre, por la cuesta de Santa Leocadia, para ir a la calle del Corchete y salir al Nuncio, lugar donde se produjo una pequeña parada para conmemorar el milagro de la Peste, en el cuartel del Tercio de los Morados Viejos, cuando al paso de la procesión sanaron varios soldados. Después subieron por Merced, para desviarse por Buzones, entrar en el convento de las Capuchinas, retornar por San Ildefonso, entrar también en Santo Domingo el Antiguo y retornar a Santa Leocadia, donde se desarrolló la misa.

Con lo que no se contaba era con otro invitado inesperado, el viento. Un viento que pudo haber provocado una desgracia a la salida de la imagen por las escaleras de la parroquia, dado que la torció peligrosamente hacia su izquierda, y solo la pericia de los catorce porteadores pudo enderezarla.

Lo hizo al son del himno nacional, interpretado por la Unión Musical Benquerencia. Como ya ocurriera el pasado martes, fueron muchos los fieles, sobre todo gente del barrio, que acudieron a acompañar el recorrido de la virgen que intercede por la salud de los toledanos desde la grave epidemia de peste en 1614, protegida también pos sus angelitos.