En abril de 2017 el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, estampó su firma en un protocolo de intenciones con la Fundación Amancio Ortega que abría la puerta a la inversión en la región de un total de 15 millones de euros para la adquisición de equipamiento tecnológico de última generación para la detección y tratamiento de patologías oncológicas.

Todo ese dinero estaba destinado a la futura adquisición de equipos tecnológicos de última generación para los hospitales de la Sanidad pública de Castilla-La Mancha. En concreto, siete mamógrafos digitales con tomosíntesis e imagen sintetizada y siete aceleradores lineales.

Los primeros llevan ya funcionando algún tiempo, mientras que los segundos llegarán de la mano de las inversiones del Presupuesto regional 2020.

Así, la partida de inversiones incluye para el próximo ejercicio 3.712.500 euros para la compra de dos aceleradores lineales para la Gerencia de Atención Especializada de Toledo (GAE), unas máquinas de última generación que se instalarán en el nuevo hospital.

Además de Toledo, Ciudad Real y Albacete también contarán con otros aparatos de este tipo, con una inversión de 4,2 y 2,1 millones de euros, respectivamente.

Un acelerador lineal (Linac, por sus siglas en inglés) personaliza los rayos X de alta energía, o electrones, para que se ajusten a la forma de un tumor y destruyan las células cancerosas sin afectar el tejido normal circundante. Es una de las últimas herramientas médicas en el tratamiento oncológico, y se podrá comenzar a utilizar en Toledo en la segunda mitad del año.

Todo esto será posible gracias a el programa de la Fundación Amancio Ortega para la renovación tecnológica del diagnóstico y tratamiento radioterápico del cáncer en los hospitales públicos, una iniciativa que cuenta con un presupuesto para toda España de  320 millones de euros para la adquisición de más de 290 equipos de última generación.