«A 2021 le pido que se mantengan los Juegos Olímpicos»

J. M. Loeches
-

Entrevista a Irene Sánchez-Escribano, pentacampeona de España de 3.000 obstáculos

«A 2021 le pido que se mantengan los Juegos Olímpicos» - Foto: David Pérez

Firme y segura. Así es Irene Sánchez-Escribano en su vida. Como en el barro. Como en la pista. Ha sido capaz de hacer virtud de un año deportivamente caótico. Ya sin Juegos Olímpicos parecía no tener sentido, pero lo va a terminar con un récord nacional en los 2.000 obstáculos y con su quinto título nacional en los 3.000 obstáculos.

¿Qué ha hecho Irene Sánchez-Escribano después de ser pentacampeona de España?

Relajarme un poco. Con todo esto del coronavirus tenía mucha tensión por la gente con la que me estaba relacionando y por no salir demasiado para no tener riesgo de cogerlo justo antes del campeonato y no poder competir. He visto a mi familia y a mis amigos, y lo he disfrutado con ellos.

«A 2021 le pido que se mantengan los Juegos Olímpicos»«A 2021 le pido que se mantengan los Juegos Olímpicos» - Foto: David Pérez¿Cuándo te pasaste de 1.500 a 3.000 obstáculos en 2014, pensaste en llegar a progresar tanto?

No. Lo que buscaba era una prueba que me hiciera volver a disfrutar porque llevaba un par de años un poco atascada y no mejoraba. Mi entrenador me ofreció esto porque pensaba que tenía cualidades por mi tren inferior fuerte y entrenaba fondo desde hace tiempo. No se equivocó y tomamos la decisión acertada.

Para conseguir éxitos, ¿es cuestión de físico o también hay que ser mentalmente fuerte?

«A 2021 le pido que se mantengan los Juegos Olímpicos»«A 2021 le pido que se mantengan los Juegos Olímpicos» - Foto: David PérezCreo que la parte mental tiene un porcentaje alto en los resultados que obtienes. Es verdad que lo físico te hace capaz de correr a un determinado ritmo, pero si la cabeza te dice que no… Necesitas confianza y creer que puedes conseguir lo que te propones para alcanzarlo.

¿Dónde reside tu éxito?

En varias cosas. Una de ellas es la continuidad que vengo teniendo porque, desde que acabé la carrera, estos últimos cuatro años, he podido entrenar más fuerte y descansar. Eso fue algo importante para dar el primer punto de calidad. De hecho, de 2016 a 2017 mejoré mi marca en trece segundos. Luego he tenido la suerte de no lesionarme. Eso me ha permitido encadenar temporadas y temporadas. La suma de todos esos años te permite que te cueste menos llegar a esa forma física. También es verdad que siempre hago fortalecimiento y me cuido mucho. Y, por supuesto, la parte mental. Desde 2018 trabajo con un psicólogo, Pablo del Río, y eso me ha dado un plus.

¿Crees que necesitas competencia en España para seguir progresando?

La competencia te hace mejorar y pienso que es necesaria. Me encantaría que en España hubiese chicas que me diesen más guerra en los campeonatos, aunque cuando me pongo en la línea de salida, nunca me veo ganadora hasta que no llego a la meta. Es más, el domingo pasado me llevé un sustito con la caída. Dentro de mí siempre hay una parte más relajada porque soy consciente de que puedo correr más rápido de lo que las demás han demostrado hasta ese momento. Me encantaría que mejorasen y nos disputásemos los campeonatos de España con más emoción. Mis objetivos ahora están en lo internacional, y en eso no me puedo relajar. En las temporadas normales hay citas con atletas de otros países a las que suelo acudir, sobre todo en Europa, y eso sí que me hace progresar. Cuando entreno, siempre tengo como objetivo rascar segundos a mi marca.

Si te digo Antonio Serrano...

Tengo una relación laboral porque es mi entrenador, pero, después de diez años, se ha creado un vínculo personal. Al final, trabajamos juntos todo el día por un mismo objetivo y le ponemos ilusión. Todo lo que he conseguido se lo debo, primero a José Luis Carbonell, entrenador en el San Ildefonso, que me hizo conseguir las primeras medallas y conocer gente en concentraciones nacionales; y a Antonio porque con él he madurado como atleta y gran parte de lo que he conseguido se lo debo a él. Sin olvidar, claro, lo que he puesto de mi parte, que, sin eso, sería imposible. Para mí es un segundo padre. Tiene su edad, le tengo mucho cariño y se ha convertido en una persona muy importante.

¿Te ha puesto techo?

No. Según vamos viendo cómo ha ido la temporada anterior, me marca objetivos. Siempre entrenamos para mejorar y no creo que sea bueno marcárselo. No sé qué idea tiene de lo que puedo conseguir, pero no hay un techo que podamos ver. Un día mis cualidades físicas llegarán a un punto máximo, pero no sé cuál es. Ahora mismo ninguno de los dos creemos que haya llegado a él.

¿Y tú te te lo has puesto?

No sé cuál es. Me gustaría estar rondando los 9 minutos y 20 segundos y, si pudiera bajar, sería maravilloso. Sé que necesito estar en buena forma y encontrar una carrera que me lleve a eso.

¿Disfrutas el atletismo?

Sí. Si no lo hiciera en cada entrenamiento, esto no se habría convertido en mi profesión y me dedicaría a otra cosaa. Creo que es lo que hace que cada día trabaje con ilusión.

¿Es inalcanzable el récord de España de 9:09.39 de Marta Domínguez?

Imposible no es nada, pero es muy difícil. Creo que mi techo ahí sí que no llega (risas).

¿Qué fue lo más difícil del confinamiento?

Los primeros días, sobre todo cuando nos dijeron que cerraban la residencia. No sabíamos si nos iban a encerrar en casa o no, o si iba a ser en Madrid o en toda España. Había mucha incertidumbre y no sabía muy bien dónde irme. Al final, creo que tomé la decisión acertada porque estuve muy a gusto. Lo positivo que saqué es que pude convivir con mi pareja, algo que, por mi situación, no se puede hacer habitualmente. Luego fue un querer y no poder. Hasta pasadas dos semanas no tuve la cinta para correr y estaba preocupada por si estaba perdiendo forma y  pensaba que así no se podían preparar unos Juegos Olímpicos.

¿Fue complicado asimilar que la pandemia se iba a llevar por delante el que podía haber sido el año de tu vida?

Tuve una mezcla de sensaciones. Era algo que se veía venir y, por lo que estaba pasando, era lo más justo. Tampoco iban a ser unos Juegos con el nivel que se supone que deben tener y lo principal para todos era salir de la situación y que se controlase todo. Por otro lado, era lo que muchos estábamos esperando. En el Europeo de Berlín y el Mundial de Doha, siempre me había preparado para estar en mi mejor momento, aunque pensando en Tokio, y cuando lo suspendieron, fue un jarro de agua fría. Me eché unas lagrimitas y ya está.

¿Cómo se mantiene la ilusión de entrenar cuando no hay objetivos a la vista?

Cuando también cancelaron el Europeo de París, mi entrenador se relajó un poco. Yo seguía entrenando, pero con el objetivo de mantener la capacidad aeróbica para que no me costase tanto cuando se pudiera salir. También me sirvió mucho mantener una rutina para que los días se pasaran más rápido.

Te buscaste otras metas.

El objetivo de mi entrenador pasó a ser el Europeo de Cross, a finales de diciembre, pero también se canceló. Por eso, optó por un descanso para volver en agosto, prepararlo y tener un resultado bueno. Cuando salió el calendario nacional, me puse a entrenar y me encontré genial. No sé si fue porque vi objetivos y mi cuerpo se activó o qué, pero comencé a trabajar mejor. Por eso, cuando regresé a Madrid, entrenamos con más normalidad y salió la opción del récord de España de 2.000 obstáculos. Ya veníamos con la idea de correr alguno pero nunca se daba la ocasión. Siempre está bien que tu nombre sea el primero de un ránking nacional, aunque no sea una prueba oficial. Pasó lo mismo con el debut en los 5.000.

No fue igual con el 1.500.

Creo que tengo gafe con esa prueba, y eso que fue la primera que hice. Siempre que estoy en buena forma para conseguir una buena marca, pasa algo.

¿Qué le pides a 2021, sabiendo los condicionantes que hay?

Lo primero, que la situación se controle, que no haya las saturaciones de marzo y abril, y que la vida que tengamos una vida relativamente normal. También, que no se cancelen más competiciones, se pueda entrenar con normalidad para poder estar en forma y que se mantengan los Juegos de Tokio.

Supongo que quieres que se celebren con la mayor normalidad posible.

Es complicado. De hecho, se comenta que los deportistas vamos a estar solos en las habitaciones y que nos van a traer la comida. Pierde toda la gracia de la villa olímpica de estar con el resto de deportistas de otros países y otros deportes y así poder conocer gente. Es una experiencia no solo a nivel deportivo sino también vital.

¿Cuál será el objetivo deportivo?

Estar en la final. Por eso no quiero relajarme. Nunca he estado en una final de una cita internacional. Todo el mundo los prepara a conciencia y yo disfruto más cuando sigo mejorando.

¿Cómo se compagina la preparación de una temporada partida en dos?

Antes tenía una relación de amor-odio con el cross, pero ya desde hace tres años es solo amor (risas). He aprendido a disfrutarlo porque lo he preparado mejor. La temporada de invierno es momento de meter más kilómetros para que, cuando empieces a entrenar rápido en verano, ese trabajo te salga más fácil. Me gusta porque así cambio el chip.

¿Quieres más oros de cross después de estrenarte?

Sí. En España el cross está muy valorado. Es una disciplina en la que nos juntamos desde las mediofondistas hasta las maratonianas y hay un gran nivel. En 2018 y 2019 estaba Trihas Gebre, pero parece que no va a volver porque está en su país y eso hace que sea más factible revalidar el título. De todos modos, nunca dejo de contar con las demás porque ahí sí que hay competencia. Quiero seguir mejorando y, sobre todo, mantener la competitividad a nivel internacional porque me gustaría tener un puesto de finalista en un Europeo o seguir entre las 20 ó 25 primeras en un Mundial. Es una modalidad que me ha conquistado más tarde pero he aprendido a disfrutarla.

¿Es verdad eso de que los deportistas aprendéis a vivir con dolores?

Tengo que decir que esta temporada me ha dado un respiro al no competir ni entrenar tanto, y he tenido menos dolores, pero es verdad que hay temporadas en las que te levantas por las mañanas y parece que tienes 60 años. Siempre nos duele algo porque al final estamos poniendo al límite a nuestro cuerpo cada día. Lo que pasa es que hay que tener cuidado y ponerte en manos de los fisioterapeutas.

¿Estudiar la carrera de Medicina te ha ayudado en la competición?

No es algo que aplique. Los conocimientos que adquirí no tienen nada que ver con lo deportivo. Sí es verdad que me escucho mucho. Cuando tengo una molestia que me dura más de dos días, hablo con mi entrenador para parar y que no vaya a más y sea peor.

¿Te has planteado tomarte unos años para ser madre?

Ahora mismo no. Tengo 28 años y no es mi prioridad. Quizás después de los Juegos de París 2024, cuando tenga 32 años, pero no sé cuánto va a durar mi carrera deportiva. Tampoco quiero decir que me vaya a retirar, porque lo mismo sigo teniendo objetivos y me apetece seguir. Es algo que iré viendo según pasen los años. Quiero aprovechar el momento.

En un futuro, ¿quieres dedicarte a la medicina?

Sí, es mi salida profesional. Quiero estudiar el MIR, aunque no sé qué especialidad terminaré haciendo.

¿Si te llamasen para ayudar durante la pandemia, irías?

Claro que iría, pero ahora mismo pienso que hay muchísima más gente mejor preparada que yo porque en verdad llevo cuatro años sin pisar un hospital.

¿Qué papel juega la familia en tu carrera deportiva?

Mis padres me han apoyado siempre desde que era pequeña y han disfrutado con que yo corra, gane y mejore. Hemos sido una familia muy unida y claro que es un pilar fundamental.