Terminaba este fin de semana el periplo de tentaderos que durante cinco jornadas han celebrado en Villaseca de la Sagra, sendos tentaderos que han servido para ver a 25 jóvenes valores de la tauromaquia que aspiraban en hacerse con un hueco en la ansiada final del próximo 30 de junio. Para este último capítulo se embarcaron vacas de la ganadería toledana de Carmen Arroyo, representada en la plaza por sus hijos Fernando, Alfonso y Leonardo. Reses que pastan en San Pablo de los Montes y que provienen de los encastes Domecq y Núñez, en la casa ganadera más antigua de la provincia que ya va por la cuarta generación en manos de la misma familia desde 1884.Dos de los actuantes del quinto tentadero consiguieron sendos puestos para la fecha soñada. Diego García estuvo templado y firme con su erala, un animal noble y repetidor, con buena condición para el toreo y que el joven madrileño supo conducir con largura y suavidad. Por su parte Borja Collado rubricó aquello que lleva refrendando en las plazas donde torea, con salidas a hombros por su gran concepto del toreo. Collado estuvo templado y poderoso, llevando por bajo la embestida de la erala de Carmen Arroyo que obedecía los trastos del valenciano. Pellizco y torería fueron sus argumentos que le han valido para repetir en "La Sagra", pero esta vez con novillos.