La construcción sigue activa pero con «incertidumbre»

Lola Morán Fdez.
-

Desde la Agrupación de Empresarios de la Construcción de la provincia destacan el incremento de las reformas de viviendas o segundas residencias durante la pandemia

La construcción sigue activa pero con «incertidumbre» - Foto: Manu Reino

El sector de la construcción se ha visto menos afectado que otros por la pandemia del coronavirus y mantiene su actividad, con un incremento de la demanda incluso en actividades como las reformas, pero vive con «incertidumbre» qué sucederá más adelante, cuando finalicen los trabajos en marcha y ante el parón de la obra pública.

Así lo trasladó a La Tribuna David Rodríguez de Arce, secretario general de la Agrupación de Empresarios de la Construcción y afines de la provincia de Toledo (Aeca), quien confirmó que la actividad de la construcción se ha visto «menos ralentizada quizá que otras» como la hostelería o el comercio por la pandemia. Algo que se ha dado tanto en Talavera como a nivel provincial e incluso regional, donde, «sin ser una situación fácil para nadie» porque «hay una incertidumbre muy grande» de qué sucederá más adelante, de otro lado «sí es cierto que es más esa incertidumbre que el hecho cierto de que se haya visto una ralentización digamos notable».

Según explicó, hay «mucha irregularidad» en cuanto a los datos, ya que de un lado ha habido actividades en las que «parece que todo se ha acelerado como si la gente quisiera acabar lo que tenía previsto cuanto antes», mientras que otras, como las referidas a hostelería, «han levantado el pie».

No es el caso del cliente particular, quien ante la posibilidad de un nuevo confinamiento, ha decidido reformar su vivienda o una segunda residencia, y ha favorecido un incremento de este tipo de actividad del sector de la construcción con respecto a otros años e incluso a lo que había antes del confinamiento, según explicó Rodríguez de Arce. «No es que haya habido una subida espectacular, pero sí es cierto que ha crecido y además la gente metiendo prisa», afirmó.

Rodríguez de Arce recalcó además que ha habido quien ha optado por desplazarse de pisos en ciudades con más restricciones a segundas residencias más amplias o en municipios con menos limitaciones. De hecho, dijo que así lo atestiguan los cambios de empadronamiento que se están registrando a pequeñas localidades, como vecinos de Madrid que vienen a Castilla-La Mancha, y desde esta misma comunidad de ciudades a otras poblaciones con menor número de habitantes.

De otro lado, los que se han quedado en sus viviendas, durante el confinamiento han pasado más tiempo en sus domicilios de lo habitual y han comprobado las carencias que tenían y por ello han recurrido a «acondicionarlos más cómodamente» o llevar a cabo actuaciones pendientes. Algo que ha permitido mantener la actividad y hacer que, en relación con otras dentro del sector, «se ha resentido menos o incluso están mejor».

Así, si bien hasta la fecha «se ha sobrevivido con cierta mejoría sobre otros sectores» si «mañana quitan las limitaciones a la hostelería y al comercio, posiblemente esas actividades refloten antes, pero si mañana siguen las mismas condiciones y la construcción la cantidad de dos años nos la han pedido que la adelantemos y así se ha hecho, pues quizá tengamos ahora dos años más complicados para ver qué pasa».

Ahora mismo hay trabajo y actividad y, de hecho, Rodríguez de Arce señaló que el 99% de los trabajadores del sector que estaban en ERTE han vuelto e incluso algunas empresas «no han esperado los plazos máximos de ERTE, sino que cuando han visto que tenían actividad han ido recuperando a los trabajadores».

Obra pública. En relación a la obra nueva, Rodríguez de Arce explicó que aquella que estaba en marcha antes del confinamiento continúa, «si no al mismo ritmo, prácticamente igual». Sin embargo, señaló que es en la obra pública donde las administraciones «no tienen que perder de vista» esta actividad, puesto que «mueve muchísimo empleo y muchísima economía». «Si paramos la obra pública, más pronto que tarde se va a notar luego la actividad privada», recalcó el representante de los constructores, insistiendo en que si no hay obra pública «no hay restaurantes donde puedan parar a comer, hostales donde puedan pernoctar, hay empresas que se dedican además a un volumen de trabajadores mayores que las de reformas que se verían abocados a una situación de desempleo o de regulación de empleo», lo que «tendría su reflejo en el resto de la economía».

Esto es uno de los puntos que «inquieta» al sector de cara a los próximos meses, puesto que, a raíz de la pandemia, «ha habido periodos de prácticamente ninguna licitación» ya que se paralizaron los procesos administrativos que estaban en marcha y «unos se han retomado y otros no».