Cuando no puedes evitar abrir la boca

F. J. R.
-

Ratios de 30 alumnos por monitor en Primaria, imposibilidad de usar la mascarilla y el potencial riesgo infantil de intercambiar comida y cubiertos hacen que muchos padres hayan optado por no hacer uso del servicio

Cuando no puedes evitar abrir la boca - Foto: Yolanda Lancha

La educación es obligatoria. Los padres están obligados por ley a llevar a sus hijos al colegio. No pueden escudarse en el miedo al coronavirus y, además, se ha tratado de poner todas las medidas y protocolos para evitar los posibles contagios. El sistema no garantiza el riesgo cero, pero toda la comunidad educativa está poniendo de su parte para dejar ese porcentaje en el menor nivel posible.

Con todo, dentro de ese escenario, es lógico que muchos padres miren este año con recelo un servicio hasta hora muy socorrido y vital para la conciliación laboral: los comedores escolares.

Las directrices de Educación estipulan que se reduzca el aforo de los comedores escolares un 75% para este curso. Además, desde la Junta de Comunidades han acordado que en este año marcado la pandemia se incluyan dobles turnos, espacios alternativos para habilitar mesas, se separe a los alumnos por los llamados grupos de convivencia estable, se auemnteel número de monitores de comedor y se opte por ofrecer un sistema de comida para llevar para aquellos padres que no puedan prepararla pero que sí que lleguen a tiempo a recoger a su hijo y no quieren que coma en el colegio.

Cuando no puedes evitar abrir la bocaCuando no puedes evitar abrir la boca - Foto: Yolanda LanchaLo cierto es que, como ocurre con las normas anti-covid en el ámbito educativo, el servicio de comedor parece reunir, al menos sobre el papel, ciertas garantías. Pero hay muchos padres que no lo ven así.

El hecho de que la ratio de monitores en Primaria sea de 30 por cada alumno de comedor, que lógicamente tengan que retirarse la mascarilla para poder comer y que muchas veces no pueda evitarse el potencial riesgo infantil de intercambiarse cubiertos y compartir comida, hace que muchos padres hayan cancelado su plaza en el servicio. Pero otros muchos no podrán hacerlo a pesar de que quieran. La conciliación laboral no siempre es posible y sus hijos tendrán que acudir al comedor. Además, este año no existe la posibilidad de ser usuario ocasional, por lo que las familias han tenido que decantarse al comienzo de curso sobre si estar o no estar. Por último, existe además el condicionante avisado de que no se garantiza que pueda haber plazas libres a lo largo del curso.

Así, aunque la consiga es que los locales que sirven de comedor escolar se mantengan bien ventilado, manteniendo las ventanas abiertas el mayor tiempo posible, y que vigile que el alumnado no comparte menaje ni otros objetos durante las comidas, con medidas como llevar la comida ya troceada para los niños de Primaria e Infantil, lo cierto es que controlar a tanto niño junto siempre es muy complicado.

Si a todo ello sumas el hecho que al terminar de comer los niños acabarán, en muchos casos, compartiendo recreo y juegos, hace que muchos padres se hayan decantado prescindir del servicio.