La vista cansada también se opera

Carmen Ansótegui (SPC)
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Los primeros signos suelen aparecer llegados los 40 años, debido al envejecimiento natural que activa el proceso degenerativo del ojo y la pérdida de flexibilidad del cristalino

Entrar en quirófano para corregir unas cataratas o incluso la miopía es una práctica ya habitual y, aunque no sea una opción muy conocida entre la población, la presbicia o vista cansada también se opera. Este problema de la visión, que dificulta enfocar de cerca, es común en personas de mediana edad, ya que está asociado al envejecimiento del cristalino, que es la lente natural del ojo. No se puede frenar el avance de la presbicia pero tampoco hay que renunciar a ver bien de cerca o perder calidad de vida.

Se estima que superados los 45 años, cerca de la mitad de la gente tiene este problema de la visión. El doctor Julio Maset, médico de Cinfa, comenta que “hay que estar atentos a los síntomas que manifiesta para tratarlo, de forma que nuestra vida diaria no se altere o lo haga mínimamente”.

Los primeros signos suelen aparecer precisamente llegada la cuarentena, que es cuando, debido al envejecimiento natural, se activa el proceso degenerativo del ojo y el cristalino empieza a ser menos flexible. Las señales más habituales: son dificultad para distinguir letras pequeñas, necesidad de alejar el texto que estamos leyendo, sensación de que las letras se ven borrosas o se mueven como si bailasen, dolor de cabeza y fatiga visual al terminar la jornada.

Como explica el experto de Cinfa, “la dificultad para enfocar de cerca puede convertirse en una verdadera limitación cotidiana si no se aborda, ya que podemos tener problemas para leer desde el prospecto de un medicamento al ticket de la compra o, más aún por la falta de contraste, los mensajes del móvil o los chats de whatsapp”.

Al contrario de lo que se piensa, la presbicia no se puede prevenir, ya que es un proceso natural asociado al envejecimiento del organismo. “La creencia de que se puede frenar el avance de los síntomas retrasando el momento de empezar a utilizar gafas es un mito, pues su uso no altera el proceso natural de envejecimiento del cristalino. Sin la corrección adecuada, lo único que conseguimos es tener un menor confort visual y dificultades para realizar muchas tareas diarias”, recalca el doctor Maset.

Una vez aparece el problema de la vista cansada, las soluciones son muy diversas: desde corrección óptica con gafas o lentes de contacto a intervenciones quirúrgicas. Es importante que cada caso sea estudiado de forma personalizada por un oftalmólogo que indique qué solución es la más adecuada, porque incluso hay distintas operaciones que pueden llevarse a cabo. El profesional puede indicar tanto cirugía láser, como la implantación de lentes intraoculares o implantes corneales.

Sea cual sea el tratamiento,el doctor Maset insiste en que “si recibimos a tiempo el tratamiento adecuado, conseguiremos mantener la calidad de visión. Por este motivo, es fundamental revisarse periódicamente la vista partir de los 40 años, especialmente si se dedican largas jornadas a leer o a trabajar en el ordenador, ya que ello puede contribuir a un desarrollo más temprano de la presbicia”.

 

Hábitos recomendables

Una de las principales recomendaciones para abordar de forma temprana la presbicia es mantenerse alerta ante la aparición de síntomas. Si hay dificultad para ver cosas de cerca, si uno se cansa al leer o si duele la cabeza tras realizar tareas prolongadas de visión cercana, hay que acudir al oftalmólogo.

Por otra parte, es aconsejable adoptar buenos hábitos ante el ordenador. Quienes pasan muchas horas frente a la pantalla deben recordar que están realizando un sobreesfuerzo para ver continuadamente de cerca y no es extraño que acaben padeciendo más la fatiga ocular. Para minimizarlo, hay que realizar descansos visuales cada 20 minutos, fijarse en aspectos como el brillo, la posición de la pantalla y la distancia de lectura, ampliar el tamaño de letra de la pantalla si se necesita y mantener una buena lubricación de la superficie ocular, recurriendo a soluciones de lágrima artificial.

Asimismo, conviene utilizar gafas o lentillas con la graduación adecuada. Hay que tener en cuenta que la presbicia va evolucionando y es habitual que se produzcan cambios, por lo que es aconsejable cambiar los cristales o lentes cada cierto tiempo. No obstante, es esencial recordar que hay que someterse a controles periódicos, especialmente a partir de los 40 años cuando, generalmente, se activa el proceso degenerativo del ojo, y puedes empezar a padecerse presbicia, así como otras patologías oculares asociadas a la edad.