Critican la falta de autobuses a Madrid en las horas punta

J. Monroy
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Algunos usuarios se quedan en tierra, tanto en Toledo, como en la capital, así como en algunos pueblos

Critican la falta de autobuses a Madrid en las horas punta

Va a ser complicado volver a la normalidad de antes de la pandemia. Algunas cosas que incluso parecerían fáciles se están complicando. Que se lo digan a los toledanos que han vuelto a su puesto en Madrid, después del teletrabajo o algún ERTE y que se encuentran a diario con problemas para acceder a la capital o regresar por lo que, denuncian, es falta de autobuses del servicio regular a las horas punta de trabajadores.

Algunos usuarios, apuntan, han presentado reclamaciones a la compañía, aunque reconocen que no tantas como deberían, dado que siempre van con prisas y la falta de autobuses no ayuda. De hecho, se han encontrado con problemas hasta para hacer fotografías a lo que está ocurriendo, dado que se les cuelan en la cola.

El caso es que, narra una de estas usuarias, acostumbrada a tener autobuses cada cuarto de hora, y con tramos incluso más, al volver a trabajar hace dos meses se encontró con que no salen autobuses a Madrid más que cada hora. El resultado es lo que califica como «un volumen de gente en la estación inmanejable y sin distancias». Porque si el autobús para el la dársena 30, la cola llega en ocasiones hasta la rampa del otro extremo, «como para llenar tres autobuses». Cierto es que durante las últimas dos semanas hay más autobuses por las tardes, pero aún así en algunos horarios solo queda un servicio de los cuatro de antaño, y el resultado es que los autobuses se siguen llenando con usuarios fuera.

Cuando es así, lo que hacen algunos usuarios es coger el autobús de los pueblos; mejor llegar media hora tarde que una. Esto provoca daños colaterales, porque al ir el vehículo lleno, deja en el andén a quienes están esperando en otras localidades.

A la vuelta, mismo problema. A veces es necesario estar cuarenta minutos antes para coger el autobús, dado que ya hay gente esperando del viaje anterior. Lo peor es en los últimos viajes, dado que hay viajeros que temen quedarse en tierra.

Finalmente, los usuario denuncian que «el autobús es como una cama caliente». Llega, se bajan viajeros por una puerta, mientras que entran los nuevos por la otra. Una pegatina en la puerta dice que el autobús está al 99 por ciento libre de bacterias, «pero creo que lo único que han hecho es poner las pegatinas».