La pandemia aún sigue dejando huella en la sociedad. Más allá del número de contagios, cuando comienza a mejorar la situación y se echa la vista atrás y hacia los lados, se vislumbra aquellos que no están, y los que hicieron todo lo que estuvo en su mano para afrontar con entereza el envite y salir adelante. Por ello, en el entrega de Honores y Distinciones con motivo del día de San Ildefonso, estuvieron muy presentes todos los colectivos que durante los primeros coletazos de la pandemia dieron lo mejor de sí mismo, así como los reconocimientos a tres personas que durante estos meses nos han dejado. 

De esta forma, médicos, enfermeros, y demás personal de centros sanitarios, farmacéuticos, veterinarios, Policía Nacional, Policía Local, Guardia Civil, Ejército, Protección Civil y Bomberos, además de agentes medioambientales, Servicios Sociales, psicólogos, trabajadores sociales, transportistas y repartidores, personal de limpieza viaria, trabajadores del Servicio Urbano de Autobuses, taxistas, medios de comunicación y responsables de Cáritas, Cruz Roja, Mensajeros de la Paz, personal docente, trabajadores del Cementerio municipal, servicios funerarios, comercio, peluquerías, fueron reconocidos en su labor.

Posteriormente, la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón entregó el reconocimiento a título póstumo de Hijo Predilecto de la Ciudad de Toledo a Manuel Santolaya Heredero, arquitecto y gerente del Consorcio de la Ciudad, y de Hijo Adoptivo, también a título póstumo a Ignacio Álvarez Ahedo, arquitecto municipal, en reconocimiento a la vocación de servicio público mostrada en defensa de los intereses de la ciudad y a Luis Pablo Gómez Vidales, artista plástico, gestor cultural y gran dinamizador de la vida cultural de Toledo.

José María Santolaya recogió el reconocimiento póstumo a su hermano. - Foto: Yolanda LanchaActo seguido se concedió la Medalla de la Ciudad a «los toledanos y toledanas» reconociendo el ejemplar comportamiento mantenido desde que se decretó el estado de alarma, sirviendo de testimonio y homenaje a «aquellos que han perdido la vida durante la pandemia», además de destacar que son «un reflejo en el que mirarnos, con un sentido de la responsabilidad que va más allá del mero del deber profesional». La Medalla, fue entregada por la alcaldesa a un niño y una niña y fue recogida por el Archivero Municipal, para ser custodiada en dicho lugar, donde «se conserva la documentación histórica que recoge el devenir de la ciudad» recordaba el concejal de Cultura, Teo García. 

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