Seguir dando un techo en la cuarentena

I.G.Villota
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El albergue de Cáritas en Toledo auspicia en estos momentos a 23 personas sin hogar y entrega comida todos los días, en recipientes desechables, a otra veintena de fuera. Sus profesionales piden al Ayuntamiento habilitar plazas en pensiones

Uno de los sintecho 'instalado' en Zocodover. - Foto: Yolanda Lancha

El albergue para personas sin techo de Cáritas en Toledo cuenta con más de 20 camas que permanecen llenas prácticamente todo el año. También durante el estado de alarma por la crisis del coronavirus. El inmueble está en la calle Aljibillos del Casco histórico. Cuenta con un amplio patio toledano interior y habitaciones individuales y compartidas además de otras estancias comunes que ahora estarán más vacías de lo habitual.

El edificio cuenta con los achaques propios de una edificación antigua. En él no hay lujos pero el objetivo es que haya dignidad para sus habitantes. A día de hoy hay un total de 23 alojados en este servicio. Así lo cuenta Diego Gafo, trabajador social y uno de los profesionales de este proyecto gestionado por la institución de la Iglesia católica.

Una decena de empleados continúa dando atención a las personas que viven en el albergue, espacio que no ha recibido a nuevos participantes desde que arrancó la emergencia sanitaria, por seguridad, pero sí atiende a aquellos que estaban alojados desde antes. El protocolo es claro: si sales no puedes volver a entrar para no poner en riesgo al resto de usuarios. Solo salen, como el resto de personas, para cuestiones imprescindibles como por ejemplo ir a la farmacia.

Virginia, Diego y Viviana son parte del equipo del albergue de Cáritas.Virginia, Diego y Viviana son parte del equipo del albergue de Cáritas. - Foto: Víctor Ballesteros«Algunos han decidido salir y estar en la calle. Nosotros no podemos retener a nadie, solo ofrecer un hogar y dignidad a quien quiere estar aquí dentro», comenta Diego.

Estas personas desayunan, comen, cenan y duermen en el albergue y se les ha suministrado mascarillas y guantes, además de las recomendaciones generales de las autoridades sanitarias, como guardar una distancia de más de un metro entre ellos.  

Cáritas también está dando alimentos a personas no alojadas, actualmente una veintena, calcula el trabajador social, que antes iban a comer al albergue pero que ahora se llevan los alimentos. Se los entregan con recipientes desechables. «Les hemos dado una autorización de Cáritas que les permite venir aquí en el horario estipulado».

Diego recuerda que sigue habiendo personas en la calle, en estos momento de confinamiento pero también durante el resto del año. Para atajar esta situación excepcional, pide al Ayuntamiento de Toledo que habilite algún espacio para quienes no tienen un techo, pero «no me refiero a polideportivos», puntualiza, sino a habitaciones de pensiones u hoteles donde se puedan alojar. «Nosotros no llegamos a todo, pero la administración sí debería llegar».

Diego reivindica la labor desarrollada por Cáritas estos momentos especialmente duros. «Aquí les tratamos de dar çdignidad y cuidar de ellos como si estuvieran en casa, con todo el amor de Dios. No son personas de segunda», sostiene.

Respecto al protocolo, indica que hay diez trabajadores en las instalaciones para garantizar el programa. «Tenemos que seguir. No somos tan prioritarios como los médicos, pero también hay personas que están en la calle y teneos que darles una respuesta», asevera.