Claudicó por primera vez esta temporada el Illescas en el Municipal, en un partido que se le puso muy a favor en la primera mitad y en el que fue incapaz de administrar la ventaja contra un rival, el Deportivo Guadalajara muy mermado por las bajas y que arrastraba aún los efectos del COVID-19 que obligaron a la suspensión del compromiso el pasado domingo. Sin embargo, fue el cuadro local el que pagó en exceso el paso de los minutos y acabó por desaparecer completamente del encuentro. En el debe y para la autocrítica queda también la falta de concentración en los dos tantos de la remontada, con un penalti tan claro como absurdo y una deficiente salida de balón en forma de regalo para el rival.

Fueron los primeros minutos un intercambio de intentos más que de aciertos, con voluntad ofensiva de ambos equipos y sin un patrón. Acompañó el terreno de juego a pesar de la nieve acumulada en las bandas. También acompañaron los futbolistas con una intensidad difícil de ver en sesión vespertina. Asumió un mayor gusto por el protagonismo un Depor con posesiones muy largas y algo falto de profundidad a partir de línea de tres cuartos. Por su parte, los hombres preparados por Miguel Toledo, menos atrevidos y ‘exhibicionistas’ en la forma, tuvieron siempre las ideas muy claras, estuvieron arropados y ejercieron una presión intensa, que acabaría por pasarles factura a posteriori. Fruto de esa falta de espacios para incomodar la construcción visitante nació el único tanto del primer acto. Younousse porfió por un balón, recuperó y filtró un pase interior para Harta, que en el mano a mano con Manolo resolvió con frialdad por el medio de la portería.

Decía la lógica que con ventaja en el marcador, y pendiente del error rival, al Illescas le debían acompañar los elementos durante la reanudación. Nada más lejos de la realidad. Parecieron esfumarse de un plumazo todos los efectos de contención y el Guadalajara cada vez se sentía más cómodo sobre el terreno de juego. Un pase interior de un soberbio Miki Capellá plantó a Adri Castro ante Raúl. El atacante contemporizó al ver venir como un jabato a su oponente, que lo arrolló en un penalti clamoroso. No perdonó el mismo protagonista desde los once metros.

Solamente existiría en la media hora final un cuadro visitante que por momentos parecía protagonizar una carrera contrarreloj. A punto estuvo de marcar el segundo Ablanque, al cabecear un centro de Capellá. El balón acabó en el fondo de la red pero el colegiado lo invalidó por fuera de juego. El sempiterno asistente de lujo Capellá fue el más listo y determinante para aprovechar otra ‘torrija’ de la zaga del Illescas. Raúl y Pedraza no se entendieron para sacar un balón sin peligro y el mediapunta visitante robó la cartera para sellar la remontada y darle tres puntos más que trabajados al Guadalajara. Hubo polémica en la acción final, ya que el Illescas reclamó mano en un balón en el área. El asistente no lo vio y, por primera vez, el conjunto entrenado por Miguel Toledo se quedó sin sumar como local. El Guadalajara, por su parte, se coloca en segunda posición, con un partido menos que el líder, el Marchamalo.