Cáritas Diocesana de Toledo atendió el año pasado a más de 2.000 inmigrantes a través de su programa Cáritas Integra que les ofrece acogida, acompañamiento sanitario, asesoramiento en los trámites administrativos y formación. La mayoría de estas personas vienen de países hispanohablantes (Colombia, Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Honduras) motivados por la inestabilidad política y la falta de seguridad y escogen como destino España por el idioma, los servicios sanitarios y la escolarización obligatoria.

Según explican José María Cabrero, delegado episcopal, Paloma Martín de Vidales y Virginia Sanz, trabajadoras sociales, y Maryoli Moreno, mediadora intercultural, su trabajo se multiplica porque con 432 inmigrantes en los dos primeros meses de 2020 ya han superado las cifras de todo 2017 y la media mensual del año pasado.

El programa Cáritas Integra tuvo un coste en 2019 de más de 157.000 euros de los que el 50% fueron soportados por recursos propios de Cáritas Diocesana y el resto a través de ayudas del Gobierno de Castilla-La Mancha y Cáritas Española.

Cuando llegan familias enteras lo más complicado es encontrarles un piso por la cantidad de requisitos que se exigen para formalizar un contrato de alquiler. Como respuesta inmediata se han habilitado viviendas «de urgencia» donde se acoge entre dos y cuatro meses a familias en situación de extrema vulnerabilidad. El año pasado, en un único piso, se atendieron a 11 familias (26 personas en total) y este año ya han pasado cuatro con la ventaja de que se ha abierto otro piso en el Polígono y está en preparación uno más en el Casco.