El portavoz del Ayuntamiento de Ocaña, Juan José Rodríguez, aseguró ayer en rueda de prensa que la ocupación de viviendas en el municipio ha quedado muy menguada. Casi ha desaparecido. En este sentido, detalló que de las 1.000 detectadas a mediados de 2019 en el término municipal se han quedado en tan solo 10. Y habrá posiblemente en breve más intervenciones.

El Ayuntamiento de Ocaña, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de este mismo municipio y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han colaborado para reducir la ocupación en más de un 80 por ciento, según aseveró el representante municipal. No obstante, el porcentaje resulta mucho mayor porque asegura que de las 1.000 aproximadamente contabilizadas principalmente en bloques de viviendas hace 18 meses, apenas queda una decena.

«Se ha notado mucho en la convivencia, para bien», subrayó al respecto el portavoz del Ayuntamiento, quien recalcó que los vecinos de Ocaña agradecen «todos los días» la casi eliminación de la ocupación ilegal que afectaba a viviendas de particulares, inmobiliarias o bancos.

Rodríguez, quien comentó que ha repercutido en una mayor seguridad en el término municipal, subrayó en la rueda de prensa que los propietarios encontraron las viviendas destrozadas.

el 24 de septiembre de 2019. La primera intervención de las autoridades en las casas ocupadas del municipio de 11.500 empadronados ocurrió el 24 de septiembre de 2019 en un edificio de la calle Clavel. Unos 120 individuos habitaban de manera ilegal en unas 100 casas, frente a un puñado de dueños legítimos. Una treintena de agentes especiales de la Guardia Civil permanecieron en la zona durante siete horas para completar el desalojo, localizado en pleno núcleo urbano, junto a la cárcel Ocaña II y cerca de la Escuela Infantil Municipal y del IES Miguel Hernández, tal y como informó entonces este diario.

Después, llegaron muchas más intervenciones encabezadas por el mismo juzgado, como otra en septiembre de 2020, justo un año después. De esta manera, quedaron desalojadas 26 viviendas localizadas en un mismo inmueble, concretamente en la calle de Mayor del Villar. Las primeras ocupaciones en ese bloque de Ocaña se remontaban a hace unos ocho años. Desde entonces, los legítimos propietarios habían convivido con familias que habían utilizado ilegalmente las casas. «Ha sido un infierno», comentaba por entonces a este diario el mismo representante municipal sobre la desesperación de los dueños de las viviendas.