Los barones respaldan a Sánchez

Agencias
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Casi todos los líderes autonómicos aceptan acordar una mesa de diálogo con Cataluña como única vía posible para sacar adelante un Ejecutivo que depende del apoyo de los secesionistas

Los barones respaldan a Sánchez - Foto: Óscar Cañas Europa Press

El embrollo político está servido y no parece que se pueda salir de él en los próximos días. Pocos apostaban porque las elecciones del 10-N podrían arreglar las cosas y no erraron en su pronóstico, ya que  volvieron a dejar al Parlamento fracturado y con pocas vías de escape para conformar un Gobierno estable para cuatro años.

El sorpresivo abrazo entre los líderes del PSOE y Unidas Podemos dos días después de la convocatoria electoral despertó todo tipo de recelos. Lo primero, porque la relación de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se alejaba mucho de ser buena después de lo visto en las anteriores negociaciones de Gobierno y, lo segundo, porque el presidente en funciones y aspirante a ocupar el cargo no miró hacia ningún partido más antes de rubricar ese acuerdo. Los números no salen y Sánchez se echó él solo en brazos de los independentistas de ERC de cuya abstención en la segunda vuelta de un debate de investidura depende su cargo.

Con la actual situación de tensión en Cataluña, los socialistas han decidido hacer piña para remar a una y prácticamente todos los barones respaldan pactar una nueva mesa de diálogo con la región. Una huida hacia adelante con la que también algunos se encuentran incómodos, como  Emiliano García Page (Castilla-La Mancha) y Javier Lambán (Aragón).

Uno de los líderes que ayer puso voz  este movimiento fue el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, que reclamó «no bloquear un Gobierno que apuesta por el diálogo» y pidió que este se inicie «muy discretamente».

 «¿Alguien puede oponerse a que se hable en cualquier foro, sometido ese diálogo a la Constitución y a las leyes? Estamos muy mal como país si hasta eso se quiere criticar», sentenciaba, por su parte, en un periódico nacional el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

Sánchez también cuenta con el apoyo de la militancia. El pasado sábado los afiliados socialistas avalaron el preacuerdo con Podemos con un 92 por ciento de los votos, pero hay que tener en cuenta que en la pregunta que se les planteaba solo reflejaba eso, el preacuerdo con Podemos, no la necesaria complicidad de los independentistas catalanes para que ese Gobierno de coalición empiece a andar.

Sobre lo que pocos se pronunciaron ayer fue de las palabras del pasado sábado de Marta Vilalta. La portavoz y secretaria adjunta de ERC subió el tono al exigir que las negociaciones de cara a la investidura sean «entre iguales», como de Gobierno a Gobierno», y que no haya líneas rojas antes de sentarse en una mesa de trabajo sobre la que, por supuesto, los independentistas pondrán temas como el indulto a los políticos presos y el derecho de autodeterminación.

Solo el exministro socialista y expresidente del Congreso, José Bono, se hizo cargo de este órdago y avisó a ERC de que sea cual sea el sentido del voto de los republicanos en la investidura del candidato, los socialistas no van a aceptar un referéndum de autodeterminación para Cataluña, ya que «aquí el PSOE tiene una línea roja». En este sentido, afirmó que, aunque la Constitución se puede modificar, «ni la Historia ni los sentimientos están por encima de la ley», y que, en todo caso, en un hipotético referéndum sobre este tema lo tendrían que votar todos los españoles.

Y todo con la militancia de ERC con voz y voto, ya que la formación celebra hoy una consulta en la que pregunta a sus afiliados si avalan o no la investidura de Sánchez sin un acuerdo previo para crear una mesa de negociación.