Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


Lo privado y lo público

24/01/2022

Que en todas partes cuecen habas, estamos de acuerdo. La diferencia está en cómo se adoptan medidas frente a situaciones similares. En los últimos días hemos visto cómo han reaccionado en el Banco Credit Suisse, ante determinadas actuaciones de su presidente ejecutivo, el portugués António Horta-Osorio, o lo sucedido con el tenista Novak Djokovic en Australia.
En el caso del primero, se le despide fulminantemente por el Consejo de Administración del Banco reunido de urgencia en Zúrich, como resultado de una investigación interna que lo encontró culpable de haber violado las normas anti Covid vigentes en Suiza (viaje a Londres para asistir a la final del torneo de Wimbledon, a Madrid para entrevistarse con Florentino Pérez y desayunar con el gobernador del Banco de España, etc.) así cómo haber utilizado a discreción el avión corporativo de la entidad en vuelos privados. En el caso del tenista, todos hemos seguido el culebrón de su actitud intentando transgredir las normas Covid, su paso por los tribunales australianos en dos ocasiones y su expulsión definitiva del país, con las consecuencias que esto tendrá para su carrera deportiva (ya le han comunicado que, o se vacuna, o no podrá participar en Roland Garros).
El rigor con que se adoptan estas decisiones contrasta con lo que sucede respecto a lo que día a día vamos sabiendo de las fiestas organizadas en el nº 10 de Downing Street, con Boris Johnson al frente de las mismas, por mucho que, en sede parlamentaria, aduzca que «no lo sabía».  O con la tranquilidad que por parte de La Moncloa se hace uso del Falcon presidencial para desplazarse a actos privados, por mucho que se incorporen a la agenda visitas que lo disimulen. Vemos en estas medidas como hay rigor en un asunto privado, como es el caso de Credit Suisse, y las diferentes maneras de tratar casos similares por parte de lo público.
Rigor en Australia, tardanza en Gran Bretaña, aunque todo apunta a que Boris Johnson pagará su irresponsabilidad, y relajo absoluto en España. Pero ya sabemos que a escote no hay nada caro, más aún cuando «el dinero público no es de nadie» (Carmen Calvo dixit)