El año de pandemia ha traído aparejada una avalancha de madrileños en Toledo. De hecho, la provincia fue, con mucha diferencia, la que acogió más habitantes de la comunidad vecina durante el pasado año. A lo largo de 2020, unos 18.628 residentes en Madrid se trasladaron a alguna localidad toledana. Al menos, estos son los que se han empadronado en los distintos municipios de la provincia (según los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadísticas), porque la cifra seguro que es mucho mayor. Estos datos suponen que más de la mitad de las 36.011 personas que llegaron del resto de España a vivir a Toledo durante el pasado año (27.024 españoles y 8.987 extranjeros) vinieron de la vecina Madrid.
Para poner en perspectiva la importancia del movimiento de madrileños a Toledo, hay que destacar que la provincia recibió un 17,17 por ciento de las personas que abandonaron la Comunidad vecina. Toledo es con mucho la provincia a la que más madrileños se trasladaron, con 18.628 personas, seguida de lejos por Alicante, (5.106, ni un tercio), Valencia (4.549) y Málaga (4.209).
En total, salieron de la vecina comunidad 108.429 personas durante el año Covid. De ellas, por ejemplo, se marcharon a Andalucía 14.428 (400 menos que a Toledo), a Aragón 2.407 o a Castilla y León, 13.079. En realidad, quitando el importante movimiento interno, Castilla-La Mancha es la que recibió el grueso del movimiento de los madrileños en el año de pandemia, casi un 30 por ciento del mismo, con 32.103 personas. Un dato curioso: ninguna otra comunidad, al margen de Madrid y Castilla-La Mancha, tuvo tantos nuevos empadronados procedentes de Madrid como Toledo.
Por nacionalidades, de los 36.011 nuevos toledanos, 29.039 son europeos (28.813 de ‘los 27’). En realidad, quitando los 27.024 nuevos vecinos españoles, llegaron a Toledo el pasado año 8.987 extranjeros. Unos 4.235 son americanos y 2.225 africanos. Por países, destacan las 1.952 personas llegadas de Marruecos, 1.182 de Rumanía y 1.119 de Colombia, las tres nacionalidades que destacan sobre el resto. La cuarta es ya Perú (426).
En lo que a Toledo capital se refiere, de los 1.667 extranjeros que se empadronaron el pasado año, 188 son de ‘los 27’ y 49 más del resto de Europa. Llegaron 222 africanos, 1.079 americanos y 129 asiáticos.
Crisis sin tantas consecuencias. En realidad, a lo largo de 2020 la provincia tan solo recibió un saldo neto de nuevos habitantes de 78 personas más que el anterior ejercicio, cuando fue de 10.428. La pandemia parece, por lo tanto, haber frenado la aceleración del ascenso de crecimiento poblacional, que recuperó cifras positivas desde 2017, pero no ha supuesto el desplome de cifras de la crisis de 2008, tan solo ha habido, eso sí una caída de nuevos extranjeros.
Según los datos históricos del INE, desde 1998 (con 1.826 vecinos más) la provincia fue creciendo en población cada vez con más fuerza, hasta los 25.683 del año 2007. La crisis global de 2008 produjo un desplome en este crecimiento, que en 2012 llegó a ser negativo, con la pérdida de 2.676 habitantes. Al siguiente ejercicio, la provincia tocó fondo, perdiendo 6.948 personas. La pérdida de extranjeros fue la más significativa, 4.667 en 2013 y 4.190 en 2014. A partir de ahí, una recuperación al principio más lenta, que volvió a un saldo positivo de 1.244 personas en 2017 y un espectacular subida los doce meses siguientes hasta sumar 8.501 personas más. La nueva crisis parece haber desacelerado este incremento en la llegada de nuevos toledanos, pero no la ha detenido y de momento, merced a la llegada de madrileños, sigue siendo positivo. Eso, si en 2.019 llegaron 8.364 extranjeros, la cifra se redujo a menos de la mitad en el pasado ejercicio Covid, con 3.938.