El Ayuntamiento de Toledo tiene un dineral en caja (21,5 millones de euros a 31 de diciembre pasado) y por eso paga bien a sus proveedores (tarda una media de 11,8 días). Pero podría hacerlo mejor, más rápido. Se queja la Tesorería municipal de que siguen existiendo problemas de «aptitud para la tramitación de los compromisos». Además la EMV (empresa municipal de la vivienda) incumple «de forma reiterada, y en tendencia al alza», el plazo legal de 30 días. Son los dos puntos negros que habrá que corregir.

El Informe sobre el seguimiento del periodo medio de pago a proveedores relativo a diciembre de 2019 aconseja sobre la EMV   «adoptar medidas» ya que su periodo medio de pago a los acreedores «sí que responde a una falta de liquidez»  para hacer frente a sus obligaciones, «como se viene reiterando desde hace meses» (en resumen, no tiene un duro y lo poco o mucho que ingresa lo gasta de inmediato).

Por contra, el Ayuntamiento (en solitario, sin tener en cuenta sus patronatos ni empresas) ha pagado en diciembre de 2019  facturas por valor de 9,6 millones de euros que ha tardado en abonar entre 8 y 11  días.

El periodo medio sube hasta 17,76 días para el pendiente de pago (quedan en esta situación 2.753.630 euros de facturas conformadas y una cantidad no contabilizada de no conformadas).

La Tesorería sigue observando un retraso en el pago relacionado con los grandes contratos por lo que alerta del «riesgo de que demanden al Ayuntamiento» y le reclamen intereses de demora.

Es este sentido  «espera que se mejoren los tiempos de tramitación de los expedientes y  aumente el control y transparencia en la gestión de las facturas de gasto».

Según este informe los retrasos no se explican en clave de solvencia sino de lentitud ya que habiendo liquidez (los 21 millones ya mencionados) «el periodo medio de pago podría ser mucho mejor».