El grupo toledano Veintiuno vuelve a casa. Lo hace este sábado, en Los Clásicos. Buena oportunidad para agradecer a su público el apoyo mostrado durante los últimos años, y de paso presentarle el álbum Gourmet.

¿Es especial tocar en Toledo?

Es lo más especial. Como toledanos, es la ocasión que estamos esperando desde que empezamos la gira. La última vez que tocamos en casa fue septiembre, en un festival que montó el Ayuntamiento, llamado Toledo Sound. Fue muy especial, en un escenario inmejorable, porque tocábamos en frente de la Catedral.

¿Cómo fueron sus inicios? Los inicios de la música en Toledo siempre son complicados.

Supongo que nunca son fáciles los inicios en la música para cualquiera. Nosotros caímos en Toledo, como pudimos caer en cualquier otro sitio. Fueron comienzos bastante difíciles, porque hay que hacer la estructura del grupo y aprender a tocar, que es lo más complicado. Pero siempre nos han tratado muy bien, tanto nuestra gente, nuestros amigos, que son los que venían a nuestros primeros bolos, como la gente de Cinco Notas, que ha promovido mucho en Toledo, o la gente de La Pasarela, los locales donde ensayábamos. Sólo podemos hablar con agradecimiento de ellos, la verdad, porque siempre nos han tratado de maravilla.

¿El crowfunding es una buena fórmula para darse a conocer y financiarse?

Yo no diría una buena fórmula porque, pero sí puede ser la diferencia entre que muchos discos se hagan o no se hagan. Como todos los sistemas de financiación, tiene claros y oscuros. Es algo que tuvo un boom muy grande hace unos años y ahora yo creo que se está haciendo menos. Pero a veces es la única manera. En nuestro caso, nuestro primer disco lo financiamos así. Porque no teníamos ninguna otra forma de hacerlo.

Nosotros creo recordar que conseguimos más de tres mil euros en las primeras veinticuatro horas. Para nosotros es una pasada.

¿Cómo fue el desembarco en la compañía Warner?

Primero llegó  Universal, que escuchó los temas que estábamos preparando para el último disco y dijo que quería participar. Veían que había muy buenos temas y decidieron ficharnos. Y después lo de Warner fue un poco de locura. Porque cuando hicimos el disco, teníamos la editorial, pero no discográfica, ni quien lo sacara. Ytres de los temas del disco llegaron a oídos de alguien de Warner, que en cuanto que los escuchó llamó a nuestro mánager diciendo que quería ficharnos. Ha sido como te cuentan en las películas, pero a nosotros ha sido literalmente lo que nos pasó.

¿Les ha cambiado mucho la vida al fichar por una gran compañía?

No, porque somos de los nombre pequeñitos de la compañía, y al final lo que tienes que hacer es seguir currando igual, o probablemente muchísimo más. Es cierto que probablemente tienes más exposición, pero el trabajo se ha multiplicado.

¿Notan que son más conocidos o es más fácil tocar en locales?

Es más fácil, porque nos conoce muchísima más gente. Este disco, afortunadamente, ha cogido una exposición exponencialmente mayor que el primero. Este fin de semana hemos ido a tocar a Zamora y a Salamanca. Nunca hubiéramos pensado tener gente en Zamora y Salamanca, y sin embargo las dos salitas en las que tocamos estaban llenas. Para nosotros es una diferencia cuantitativa, y casi que diría que cualitativa, porque es absolutamente inesperado.

¿Y a la hora de grabar el disco les asesoran o les dicen por dónde tirar?

En nuestro caso, no ha influido nada en absoluto. Hoy en día hay muchísima más oferta que demanda de grupos. Hay más música que nunca y un acceso a la música extraordinario. Quizás no ocurra lo mismo cuando apuestan por un solista que se desarrolla desde muy joven para ser un producto de pop muy grande, pero cuando un sello apuesta por ti, cuando apuestan por una banda que viene de abajo, la ficha porque lo que ya haces les gusta. Para Warner sería absurdo convencernos de cómo quieren que hagamos la música, porque precisamente nos fichan porque les gusta lo que hacemos. En este caso, ni siquiera existió la duda, porque Warner se encontró con el disco absolutamente terminado.

¿Qué evolución ha tenido el grupo en su último disco, Gourmet?

Hemos evolucionado hacia sonar mejor. Porque el disco tiene muchísimo más presupuesto. Y eso condiciona, lo primero el tiempo que puedes tener para grabar el disco. Además, hemos ido a hacerlo con unos gurús de la movida, nos hemos ido a Barcelona a Blind Récords, a grabar con Santos & Fluren, que son dos referentes. Todo hace. Con el primer disco teníamos menos experiencia, no tocábamos tan bien, y aunque el productor que teníamos, que ahora es el guitarrista de la banda, era muy bueno, no pudo hacer con nosotros tanto. Del primer al segundo disco dimos más de cincuenta bolos y al final vas mucho más preparado y mejor aprendidos.

¿Da más tiempo también a preparar letras música o todo lo contrario?

El día tiene muchas horas y yo duermo muy poco. Tiempo siempre hay. Lo que cuenta es el tiempo que estés dispuesto a dedicarle. Para mí es fundamental trabajar los temas y las letras de las canciones. Le dedicaría tiempo aunque no lo tuviera.

¿Suele ir a ver sus actuaciones algún miembro de Hombres G? (El guitarra, Jaime Summers, es hijo d David).

Sí, alguna vez ha pasado, efectivamente.

¿Habrá algo especial este sábado?

Sí, vamos a hacer un repertorio bastante largo, dado que para nosotros es un momento muy especial. Y llevamos de banda invitada a unos muy buenos amigos de la música, que son Fizzy Soup, que además puede ser que se suban al escenario a hacer algo con nosotros, si a ellos les apetece.