«El hospital nos trae mucha gente a comprar a Santa Teresa»

Alvaro de la Paz
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El pasado 5 de marzo, Carlos Molina tomó posesión de su cargo como nuevo presidente de la Asociación de Comercio y Hostelería de Santa Teresa. Entre sus retos más inmediatos afronta la dinaminazación del barrio y su capacidad económica

Carlos Molina, presidente de la Asociación de Comercio y Hostelería de Santa Teresa. - Foto: David Pérez

¿Qué retos afronta la asociación en esta etapa recién inaugurada?

El objetivo pasa por el impulso económico que, desde nuestra humilde situación, podamos dar al barrio y su zona comercial. Conocemos cómo está la situación y vamos a tratar, a través de eventos y de dar algún atractivo al barrio, de unir a todo el comercio con la hostelería para ir juntos. Di el paso para asumir la figura de presidente, pero de lo que se trata es de tener una cabeza visible para tirar todos en la misma situación.

¿Qué momento atraviesa el barrio?

La situación actual es delicada, pero tenemos margen de maniobra. Podemos hacer muchas cosas y desarrollar diversos aspectos. Tenemos la presencia física de nuestras tiendas, oficinas, establecimientos y bancos, que de todo hay, pero también debemos ampliarla en el entorno virtual. Hay que ocupar y tener presencia en todos los canales posibles de venta. De lo que se trata es de  tener visibilidad, la necesitamos.

El arreglo del parking se ha inaugurado hace pocas semanas.

Es un tema que venía ya de largo. Recuerdo que en 2015 tuvimos una reunión con el Ayuntamiento para tratar el problema del parking. Hoy, en 2019, aunque no está completo, sí hay una parte bastante bien adecentada y organizada. La estética es perfecta. Lo único que nos queda es que el compromiso del Ayuntamiento, una vez terminada la primera fase, tenga continuidad y se amplíe, echando zahorra, nivelando el terreno y dejándolo con la misma estética. Quedaría una parte al fondo en la que hay restos arqueológicos que están en muy en la superficie.

Las actuaciones han consistido en quitar esa zona de charcos, que yo llamaba «la zona de los humedales de Santa Teresa». La hemos quitado de en medio y hemos dejado paso a un área de aparcamiento que además es gratuito.

¿Cómo ha repercutido en la vida económica de Santa Teresa?

Mientras han durado las obras y la zona estuvo embarrada, la entrada de coches fue menor. Pero la gente ya empieza a saber que ese aparcamiento es gratuito, que se puede ocupar. La otra zona que el Ayuntamiento ha nivelado también se está ocupando. Ya tenemos un área bastante grande y la gente puede venir aquí igual que van a los centros comerciales. Ese es nuestro gran reto: estar en la picota con los mismos recursos y las mismas armas

¿Y la hostelería del barrio?

Queremos hacer de Santa Teresa una zona de ocio como las que tienen los centros comerciales, un barrio donde con poder tomar una caña con una tapa. Eso aquí es espectacular: tenemos una zona de tapeo impresionante a la que hay que dar el atractivo suficiente para que empiecen a venir como venían antes a tomar las cañas y, en definitiva, a disfrutar de una zona de compras. Como digo muchas veces: es uno de los barrios más cómodos de Toledo. Aquí todo es llano; en el Casco todo cuestas.

El nuevo cuartel de la Guardia Civil se va a instalar próximo a Santa Teresa.

Aún no está definido del todo. Lo que debemos intentar, en este caso, es que el cuartel de la Guardia Civil se mantenga en la misma zona. Tanto la avenida de Barber como la Vega Baja están cercanas a nosotros. Lo que nos va a hacer más daño es el inicio del traslado del hospital.

¿Cómo se podría paliar el cierre del Hospital Virgen de la Salud y la pérdida de los cientos de personas que lo visitan cada día?

Nos gustaría que quien tome posesión en el Ayuntamiento después de las elecciones decida darle un uso a ese edificio. Que a medida que se vayan yendo los recursos de aquí al Polígono, se piense en algún en algún tipo de uso. Creemos que se debe seguir manteniendo el uso sanitario como base fundamental, aunque eso no depende de nosotros.

¿Echan de menos inversiones o más dotaciones en la zona?

Este es el barrio por excelencia de comercio en Toledo y en el que menos inversiones se han hecho desde hace años. Se invirtió en el asfaltado, se ha mejorado el alumbrado y se han reformado la avenida de la Reconquista y el aparcamiento. Pero no deja de ser una inversión de segunda división. A la Reconquista le han lavado la cara. Tanto la asociación de vecinos como nosotros pedíamos, por la situación del colegio de Carmelitas, que se cortará esa zona de paso para impedir cruzar la avenida por el medio o por cualquier sitio sin respetar los semáforos y los pasos de peatones. Mejor si en vez del adoquinado hubieran puesto un seto más alto o algo para cortar el paso y no poner en peligro la circulación ni a los propios peatones.

Lo que pretendemos es aumentar la afluencia de personas a Santa Teresa. Echamos de menos zonas verdes, espacios para paseos que se pueden adecentar en el perímetro del aparcamiento que se está restaurando ahora. También el acerado está bastante perjudicado y necesita un lavado de cara que le dé mejor visión y facilite el caminar.

¿Cómo pueden luchar las tiendas tradicionales de barrio contra el auge del comercio electrónico y las grandes superficies que surgen?

Siempre lo digo: la mejor arma son las personas, la confianza que puede tener el comprador con la gente que estamos trabajando en cada oficina y en cada comercio. La atención es personalizada y el trato es exquisito. Reclamamos al Ayuntamiento algo más de permisividad con el aparcamiento. Aunque tenemos una zona libre, planteamos que tanto el viernes por la tarde como el sábado por la mañana se levante la ORA y que quienes vengan no paguen. Sería bastante beneficioso.

A Santa Teresa llegan clientes de Toledo, también de otras localidades. Pero el hospital se va.

Hay comercios, como el de Ángel de alimentación, que llevan 50 años en la zona; hay otros, como Almacenes León, que tienen clientes de Toledo y de toda la periferia. La marcha del hospital va a ser un gran faena porque nos trae muchísima gente de fuera, gente de los pueblos que viene a la consulta pero que también compra aquí, que se toma un café y unos churros para desayunar. Eso se puede perder. Y para perder no estamos.