Los científicos de este planeta afirman que el efecto mariposa es aquella situación en la que un pequeño cambio, como puede ser el aleteo de una mariposa, pueda generar consecuencias totalmente divergentes o no lineales a las planeadas. Este grupo musical no hace más que reforzar esta teoría, pues la voz de su intérprete Susana Alva es capaz de alterar cualquier ambiente establecido en un escenario  musical. Con un atuendo completo de color negro, acompañado de un carácter muy dulce, la cantante malagueña fue ganándose el cariño del público, que fue de menos a más en el transcurso de la noche. El grupo, que actualmente va mostrando su último disco por España, alternó sus nuevos temas con aquellos más reconocidos por los seguidores de la música pop española.

Tras cuatros años de silencio musical, el pasado verano ‘Efecto mariposa’ lanzó su octavo álbum (séptimo de estudio), para volver a conquistar a los amantes del pop español. La propia cantante de ‘Efecto mariposa’ afirmó que aprovecharon el inicio del concierto para dar a conocer algunos temas representativos de este último álbum llamado ‘Vuela’. De hecho, Susana Alva quiso destacar el significado de alguna de sus canciones, como por ejemplo, “aquellas situaciones que todos vivimos, en las que estamos con nuestra pareja en algún lugar público y apenas hablamos, solo usamos el teléfono móvil” traducido esto en su obra “La última cena”, perteneciente a su penúltimo disco ‘Comienzo’.

En mitad del show musical, la intérprete aprovechó para regalarle al público unas bonitas palabras sobre su ciudad. Susana Alva reconoció que habitualmente no conocen las ciudades a las que van a tocar, pero casualmente el día anterior al concierto en Toledo, el grupo contaba con un día libre y decidieron visitar la ciudad. «Fue un gran acierto», mencionó. Además, los integrantes del grupo destacaron que no solo disfrutaron del patrimonio de la ciudad, sino también de su gastronomía, destacando el sabor de sus carcamusas. Susana Alva cerró este inciso valorando que «se respira buen ambiente en la ciudad, no sé cómo podíamos haber estado tanto tiempo sin conocerla». El público compensó estas palabras con un gran aplauso.

A pesar de que el concierto finalizó con una participación notable, cercana a las 2.000 personas, el espectáculo comenzó de manera gris. Y resulta que, a la hora del inicio del concierto, a las 22,30 horas, la afluencia de público apenas alcanzaba los 500 espectadores. Al final la teoría científica llevaba razón, con un simple aleteo de la mariposa, el recinto fue aumentando su asistencia progresivamente. Esto es, el efecto mariposa.