El radar de la A-42 multa un 18% de lo que hacía en 2017

J. Monroy
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Una tendencia similar tiene el radar de Seseña, mientras que se multiplican las multas de los de la A-4 (casi por cuatro) y el de la A-5 (por nueve veces)

El radar de la A-42 multa un 18% de lo que hacía en 2017 - Foto: David Pérez

Será que, como confesó el director de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, las cajas de los radares a veces quedan vacías. Porque otra explicación difícilmente tienen las amplísimas fluctuaciones de multas de los radares de la provincia. En algunos casos, como el radar que hay sobre el río Tajo a su paso por Toledo, en 2019 no registró ni una quinta parte de las sanciones de 2017. Mientras que en otros, como el de la A-5 a la altura de Santa Cruz de Retamar, se han multiplicado por cinco. No se sigue, por lo tanto, un patrón.

El radar de la A-42 sobre el río Tajo es el único que existe en el término municipal de Toledo. En el año 2017, puso un total de 17.655 sanciones, según los datos de la DGT facilitados por la Automovilistas Europeos Asociados (AEA), con lo que era el décimo noveno que más excesos de velocidad detectó en toda España. Solo un año después, esta cifra descendió en picado, hasta los 2.444, para tener un ligero aumento el pasado 2019, hasta los 3.181. No es el único radar en este vial en la provincia. El que existe bajo el puente de desvío a Magán (kilómetro 44,6) ha sufrido, por su parte, una curva ascendente, desde los 2.906 de hace tres años, a los 5.407 del anterior ejercicio, pasando por 3.605 de 2018.

Evolución irregular. Esta evolución irregular en el número de sanciones se repite a lo largo de los diez radares de toda la provincia. Llama la atención lo ocurrido con el detector de velocidad situado a la salida de Seseña Nuevo, en la incorporación a la M-305 desde la A-4, que en 2017 fue el décimo radar con más multas de España, con 26.147. En 2018, sufrió un descenso, y aún así detectó unas 17.794 infracciones. Pero ya el pasado año estas se quedaron en tan solo 5.956, poco más de una quinta parte.

En el capítulo de incrementos de las sanciones, destacan dos detectores de velocidad en la A-4 y otro más en la A-5. El citado radar de Santa Cruz de Retamar pasó de 1.478 denuncias en 2017, a 4.135 en 2018 y nada menos que 13.723 el pasado año. Pero la palma de denuncias en 2019 se la llevó el radar situado en la A-4, antes de su paso a la altura de Dosbarrios (kilómetro 67,6). Detectó entonces 20.723 excesos de velocidad, cuando un año antes habían sido 7.205 y en 2017, tan solo 5.357. Un poco más abajo, pasado Tembleque, las multas han evolucionado de 2.906 en 2017, a 3.633 en 2018 y 4.362 el último ejercicio computado. Como anécdota lo ocurrido en el radar de la A-4 a la altura de Madridejos (kilómetro 115). Es el medidor que menos sanciones ha impuesto en la provincia, con 1.381 durante 2019, pero su aumento ha sido exponencial, tras las 249 de un año antes y las testimoniales 61 de 2017.