Una banda de okupas atemoriza a los vecinos de Novés

Redacción
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Llevan casi tres años sufriendo las agresiones y amenazas de un grupo de personas que residen en la localidad después de haber ocupado decenas de viviendas vacías. Los vecinos se han manifestado para pedir más presencia de la Guardia Civil

Una banda de okupas atemoriza a los vecinos de Novés

redacción /toledo

Los casi 2.800 habitantes que tiene Novés viven desde hace unos años atemorizados por las amenazas y actos vandálicos que protagoniza una banda cuyos miembros han ocupado varias viviendas vacías  en este municipio. El hartazgo de los vecinos ante las reiteradas situaciones de inseguridad y agresiones que padecen a menudo les llevó, tras una asamblea vecinal, a convocar una manifestación el pasado 31 de marzo en la que exigían mayor presencia de las fuerzas de seguridad y a la que acudieron vecinos de otros municipios cercanos porque el problema se extiende a casi toda la comarca.

 Al amparo de los lemas ‘¡Basta ya! Fuera delincuentes’ y ‘No a la delincuencia ni a la ocupación’, los vecinos recorrieron el municipio en un acto de protesta que transcurrió de forma pacífica aunque no si algún percance -que no llegó a más- con algunos de los integrantes de la banda que protagoniza los problemas de seguridad y convivencia en el municipio que salió al paso de la marcha para increpar a sus participantes y grabar un video que subieron a las redes, un hecho, que afirma el alcalde de Novés, José Hernández, se denuncia a la Guardia Civil.

La lucha contra esta banda, que  además «hace efecto llamada» cobrando dinero por ocupar casas que ellos abren con el sistema de la ‘patada en la puerta’, viene de hace unos tres años pero es ahora cuando después de tanto tiempo los vecinos han decidido pasar a la acción porque «ya no se callan»; y aunque viven en muchos casos atemorizados por los robos, insultos,  agresiones, problemas de convivencia... ahora se enfrentan a estos maleantes que, afirma el alcalde, parece que en las últimas semanas han bajado la intensidad de sus actuaciones delictivas que además practican con actitud chulesca a plena luz del día y retando a los vecinos.

«No podemos vivir con miedo», señala el primer edil novesano que, sin embargo, sí confía en que sus vecinos midan sus actuaciones para no llegar a tener que lamentar ninguna desgracia mayor. De hecho, dice José Hernández, él, que viene sufriendo constantes amenazas, como también sus concejales y los operarios municipales, había decidido no volver a presentarse a las elecciones pero «estos (por los maleantes) me han convencido de que me quede porque no van a poder con nosotros».

Y es que cuando se toman represalias contra estos delincuentes -se les corta el agua que toman ilegalmente o se avisa a la compañía de luz para que haga lo propio- se producen venganzas como el destrozo del parque donde se celebra la romería de Novés, robos de cable de farolas y hasta «un disparo en el Ayuntamiento nuevo, un perdigonazo en un cristal», relata indignado el primer edil.

Uno de los últimos incidentes es el registrado el miércoles cuando el alcalde recibió un aviso de que dos chavales estaban intentando ocupar una casa. Días antes, «a las siete de la mañana me avisaron de que había un chaval cortando cables de las farolas» sin conseguir su objetivo porque un vecino le persiguió y le disuadió así de su acción.

Este año, el Ayuntamiento ha incluido en sus presupuestos la instalación de cámaras de videovigilancia y la creación de una plaza de Policía Local, medidas con las que intentar paliar esta situación de inseguridad.

Sin embargo, lo que reclaman es más presencia de la Guardia Civil, aunque la escasez de denuncias «por miedo» de los afectados impide que se desarrollen investigaciones que puedan derivar en la detención de estos delincuentes.

Dice el alcalde que desde el Ayuntamiento tienen muchas dificultades para poder actuar porque como las casas son de entidades bancarias tienen que localizarlas y que estas sean las que inicien los trámites de denuncia para deshacerse de los ocupas, unas actuaciones que en contadas ocasiones se involucran las entidades. 

Mientras, además de las agresiones y actos vandálicos en la calle, sobre todo de los más jóvenes de esta banda, los vecinos propietarios de las casas que comparten edificio con estos ocupas viven casi encerrados en sus viviendas con el temor de sufrir robos o de ser agredidos o insultados por los maleantes a los que prefieren no denunciar por miedo.