«Los toledanos deberían estar más orgullosos de su historia»

Fernando Franco / F. J. R.
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Erwan de la Villeon, consejero delegado de Puy du Fou España, hace balance en las páginas de La Tribuna del primer año de apertura en Toledo del parque temático sobre la historia de España

«Los toledanos deberían estar más orgullosos de su historia» - Foto: Yolanda Lancha

Esta semana (el 16 de enero) se ha cumplido un año de la primera piedra -encina, en este caso-, del parque Puy du Fou en Toledo, ¿qué balance hace de esta primera etapa?

El 2019 ha sido un año tremendamente ocupado y fecundo. Con obras que han ido muy bien. Hemos podido construir en 7 meses y 15 días un espectáculo y toda la viabilidad de la parcela. Ha sido, antes que nada, un año de muchas obras y mucho sudor. El gran día fue el 30 de agosto, ya que hasta el final hubo suspense. Fue un día de tormenta.

La tercera gran cosa destacable de este año, más allá de las obras, del estreno y su alegría, fue el éxito tremendo que hemos conocido y la verdad no nos lo esperábamos. Mucha gente se quedó sin entrada y eso genera expectativas para este año.

Y la cuarta cosa destacable es que hemos lanzado las obras del parque y estamos trabajando en paralelo en operar el espectáculo de noche y construir una nueva fase. Es llevar en paralelo dos labores que son muy distintas.

Dijo en su día que no podían retrasarse en las obras porque tenían una cita con el público. Vemos que no le ha salido ninguna cana pero, ¿llegó a temer en algún momento que no se cumpliera el plazo del estreno del 30 de agosto?

Sí, pero un temor sano. Lo hemos tenido desde el primer día. Desde que hemos tenido el PSI (Plan de Singular Interés). Antes de eso estaba en manos de la administración, pero en cuanto hemos tenido el PSI, la licencia de obras del 14 de enero, ya todo dependía de nosotros. Todos los días me he levantado con el temor de no llegar. Con temor, sí; pero sin duda. Lo íbamos a hacer, pero, ¿a qué precio? Hemos dejado bastante sudor y bastantes lágrimas, pero lo hemos hecho.

¿El resultado final es cómo lo había soñado?

Sí. Es un sueño de niños. Yo llegué aquí hace cuatro años y la verdad es que nos costó bastante convencer a la sociedad civil toledana. El resultado final, ya no en cuestiones estéticas, que sí que emociona mucho, es la propia ilusión y emoción de la gente. Esto mismo ya lo decía desde hace dos años, y la gente no me creía. Pensaban que era un poco ‘postureo’ y lo entiendo perfectamente, pero no. No es el caso. De verdad que es lo que más saboreo.

¿Cree que después de ver el resultado las reticencias iniciales de algunos sectores han podido amainarse? ¿El espectáculo al final ha convencido a todos?

No lo sé, porque no como con ellos todos los días (risas). Pero en serio, la verdad es que les tengo mucho respeto y por eso espero que, si no es por pura ideología, sino que son gente auténtica de verdad, que hayan ido a ver el espectáculo y se hayan hecho una opinión propia sobre Puy du Fou. Sin prejuicios.

Parece que se ha pasado un poco la inflamación de todo lo que rodeaba al parque.

Las inflamaciones son cuestión de actualidad, y ya parece que no está de moda criticar a Puy du Fou. Pero por otro lado, espero de verdad que ellos hayan cambiado de opinión al ver cómo somos. No somos promotores comerciales. Ni mucho menos. Y el que pisa esta finca lo ve. No estamos aquí para hacer dinero. No hay tiendas por todos lados. Tenemos un precio de entrada muy asequible, 24 euros, que cualquiera se lo puede permitir. La gente ha comprobado todo esto y, ahora, el peso creo que está a nuestro favor.

¿Cómo está el tema en los tribunales?

Sigue su curso. El año pasado, hace bastante tiempo, el Tribunal rechazó las dos primeras partes de la estrategia jurídica de Ecologistas en Acción, que fue pedir la suspensión cautelar de las obras y una cautelarísima. Se le denegó y ahora estamos en el proceso de fondo. Todavía no estamos personados en la causa, pero es cuestión de días.

Aquí hay tres codemandados, por así decirlo, que son la administración regional, el Ayuntamiento de Toledo y nosotros. Es así porque la impugnación es contra la decisión de la Junta. Luego hay una cuarta parte codemandada que es un grupo de personas y sectores que nos aprecian por distintas razones. Primero, porque creamos negocio, y luego porque creen que es positivo para Toledo. Hay gente como Eduardo Sánchez Butragueño, que quiere a su ciudad y quiere lo mejor para Toledo. Y por eso nos apoya.

¿Siguen descartando construir hoteles en el parque o cerca?

Sí. ¿Y por qué? Por dos motivos... pero antes voy a explicar una cosa. Al final todo lo que uno hace es significativo y simbólico. No somos promotores comerciales. Obviamente nos daría muchos beneficios, pero la filosofía nuestra es más bien anclarnos en un territorio, arraigarnos, llevarnos bien con la gente, compartir la riqueza. Somos de los tontos que pensamos que más vale ser medianamente rico compartiendo con mucha gente, que súper ricos pero solos. Tanto políticamente como filosóficamente. Nos viene muy bien que todos vayamos en la misma dirección.

¿Alguna cadena hotelera se ha puesto en contacto con ustedes?

Muchas. Hoy (la entrevista se hizo el pasado jueves) tengo una reunión con una cadena hotelera francesa, pero solo para tomar información. No hay nada tangible. Nosotros no venimos aquí con el modelo del que agarra de fuera y se pira. Nuestra condición es: «¿Quieres que te eche una mano? Bien, pero toma distancia». Puy du Fou España es un pedazo de campo y no quiero cerca cadenas hoteleras.

¿Considera que cuando el parque esté terminado se convertirá en motor importante de esta zona cercana a los Montes de Toledo? ¿Servirá para fijar población?

Creo que sí. Efectos positivos va a haber, y muchos. Pero no vamos a ser el remedio milagroso, la solución a todo. Odio las falsas promesas. Hay que ser prudente. Pero tenemos el precedente del parque francés, con 4.000 familias que viven directamente de él y muchos más de forma indirecta.

La transposición a Toledo beneficia claramente a dos zonas, el Casco histórico de la capital y el sur, los Montes de Toledo. Nosotros estamos ahora, mirando como marcha el turismo en Europa y en el mundo occidental en general, entre dos puntos estratégicos. La gente se está cansando del turismo de sol, playa y montaña. Ese turismo es cada vez más selectivo y la gente no tiene los medios. Ahora se está potenciando mucho el turismo cultural y el turismo ecológico. Casco y Montes de Toledo. Puy du Fou está entre los dos, y no solo geográficamente. El parque es un viaje a través de la historia, que lleva al Casco, y es además un paseo por el campo, que lleva a los Montes. Una parte del futuro del turismo está claro que está en el interior.

¿Cuál es el perfil del visitante del parque que le marcan sus encuestas?

Un 45% son de la provincia de Toledo, principalmente, y del resto de Castilla-La Mancha. Otro 45% de madrileños y un 10% de extranjeros. Está bastante alineado con nuestras expectativas. Aunque la de diferencia de población entre Toledo y Madrid sea brutal, nuestra prioridad es la gente de Toledo. Nuestro primer público es el toledano y hemos conseguido llegar a ellos.

Después de una primera fase de construcción muy agitada, la emoción de la inauguración y la vuelta al trabajo para preparar la segunda fase del parque supongo que tendrá muchas anécdotas. ¿Le ha impactado alguna especialmente?

Han pasado muchas cosas que no me esperaba. Cuando haces un proyecto, todos los días te suceden cosas que no te esperabas. Pero te voy a decir lo que más me ha emocionado personalmente. Al salir un día del espectáculo, una señora en silla de ruedas me llamó y me dijo: «Estoy enferma -en plan, mi vida no es lo mejor-, gracias porque me habéis dado un poco de felicidad esta noche. Estoy orgullosa de ser española». Eso no me lo esperaba. Cosas espirituales, emociones de este tipo, no me las esperaba.

En el fondo debe ser un orgullo que un espectáculo como ‘El Sueño de Toledo’ haya gustado tanto a los toledanos y a los españoles en general, ¿no?

Lo es.

¿Tenían que venir unos franceses a mostrarnos lo maravillosa que es nuestra historia?

Si miras por los pasillos verás que aquí hay muy pocos franceses.

Ya, pero no le parece curioso que tengan que venir de Francia para recordarnos que tenemos una impresionante historia de la que hay que sentirse orgullosos.

Ponemos en valor el carisma y el genio de cada pueblo, pero no somos para nada nacionalistas. Para mí es un concepto muy moderno el decir que España debe resurgir desde dentro. Mira esta Virgen (señala una talla que tiene en su despacho). ¿Sabes de dónde viene? ¿No? Es la réplica de la Virgen del Coro de la Catedral. Me la ha regalado el Deán. ¿Sabes por qué? Porque no se conoce el nombre del arquitecto de la Catedral, de la primera piedra, pero son monjes que vienen de Francia. En esa época en Toledo no son franceses, son monjes. Y esta Virgen simboliza un poco todos los regalos que Luis de Francia hace a su primo Fernando III en esa época. Son primos hermanos, los dos Santos, curiosamente, y se intercambian muchos regalos. Ese símbolo de intercambio entre España y Francia ha existido siempre. Tenemos destinos cruzados. Tuvieron que se precisamente españoles los que liberaron nuestro territorio en 1945. Ha habido muchos españoles en el ejercito de liberación de Francia.

Para tranquilizaros diré que en mi país también hacemos ese tipo de diferenciaciones, de luchas tontas. No sois únicos en eso.

¿Le gustó hacer el cameo con la voz de Napoleón? ¿Es tradición en Puy du Fou?

Fue un guiño a los equipos de trabajo, que son los que lo reconocen. No sé si lo vamos a mantener. Lo que simboliza es que trabajamos muchísimo pero lo pasamos muy bien.

No habían cerrado las puertas de la primera temporada y las máquinas ya trabajan en la segunda fase de ampliación del parque, ¿cómo van las obras?

Vamos bien. Es la fase más ambiciosa. Vamos con una presión muy distinta. Con menos presión en cuanto al producto que vamos a vender, porque sabemos que hay apetencia, y eso tranquiliza, porque sabes que no trabajas para nada. Pero la verdad es que vamos con más presión porque hacemos cuatro espectáculos y tres poblados, y hay una presión muy superior. En la fase uno había dos líneas: el espectáculo nocturno y la viabilización de la parcela. Y ahora tenemos siete líneas. Pero lo bueno es que ya nos conocemos y hemos adquirido reflejos.  

¿Nos puede dar algún detalle de los espectáculos?

Vamos a hacer un espectáculo, como hay ya en Francia, en el que la tribuna gira. Utilizamos las tecnologías que se desarrollan en Puy du Fou Francia pero adaptando la forma para cambiar el fondo. Ese espectáculo estará dedicado a un héroe muy importante del medievo.

Otro espectáculo es inmersivo, de tal forma que vas paseando a través del decorado, que está dedicado a otro gran personaje de la historia de España y del mundo. Un gigante de los que cambian la faz de la tierra.

Hay otro espectáculo de cetrería, con pájaros, y un cuarto, que es el más original en el sentido que no copiamos ningún espectáculo de los que haya ya en Francia, dedicado a ‘capa y espada’ y literatura, al Siglo de Oro.

Como buen conocer de la historia de España, con qué periodo de ella se queda o qué personaje le llama la atención.

Pizarro es un tipo que me fascina. Se ha criado con los puercos. Es un hijo ilegítimo de una pequeña familia noble de Trujillo, que no es la capital del mundo, precisamente. ¿Qué es lo que le destina a conquistar un imperio de 4.000 km con 168 hombres? Me muero de admiración. Es un genio muy completo. No arrasó. Cuando Francia ha conquistado países ha arrasado y ha intentado implantar su propia cultura. Pizarro y Cortés se han casado y han cerrado ese modo criollo que es un exitazo. Ese es el héroe que más me interesa, y el periodo que no conozco suficientemente es el de la Segunda Guerra Púnica y del mundo romano en general.

Ya es un toledano más.

Como no soy un TTV (Toledano de toda la vida), me gustaría que se inventara una categoría de TTVA o TTVH: Toledano de toda la vida de adopción o de honor. Tengo un afecto especial a la ciudad y creo que me puedo saltar esas tres generaciones de toledanos que hay que tener para ser un TTV (risas).

No será un TTV pero sí una voz autorizada para hablar de cuestiones relacionadas con Toledo. ¿Qué le parece como ciudad?

La ciudad me parece espectacular. Los toledanos no se dan cuenta, pero cualquier pasillo, cualquier callejón, pequeño, feo, en el que no puedes casi entrar, recela riquezas inimaginables. En cualquier otra ciudad que no fuera Toledo harían un museo para cada casa. Entras en cualquier patio del Casco y te encuentras con arcos, techos pintados, con arte increíble. Me encanta la ciudad y creo que los toledanos deberían estar más orgullosos. Porque son depositarios de un esplendor.

Y luego la ciudad cotidiana es muy difícil para los propios toledanos con tanta extensión tener unidad. El Polígono vive por su lado, Buenavista por el suyo…

¿Qué le parece el yacimiento de Vega Baja?

No estoy suficientemente informado, pero si allí hay riquezas las quiero ver. Pero sí que hay una cosa que me gustaría ver allí: rebaños. Como antiguamente en la Vega Baja. Sería la única ciudad moderna con rebaños en su interior, aunque seguro que los de Sanidad pondrían muchos reparos (risas).

Ya en serio. La historia va por etapas. Toledo no ha cogido muchos trenes. Y menos mal, ya que no está dañada. No está industrializada. Ser una ciudad hiperconectada, limpia y natural es el tren del siglo XXI. Fibra óptica, rebaños y coches eléctricos es para mí el futuro de Toledo.

¿Y el estado del río?

Siento entre vergüenza y pena. Me cuesta mucho imaginarme lo que fue la vida en torno al río, no solo la vida de los pescadores, sino acontecimientos como la Batalla del Vado. ¿Qué Vado hay hoy? El trasvase pertenece a otro siglo y a otra mentalidad. No le veo sentido. Si fuera para bien de todos los murcianos tendría un sentido, pero no es. Algún día tiene que parar el trasvase, porque el río se está muriendo poco a poco. Aún hay tiempo para salvarlo, porque hay fauna, pero hay que darse prisa.