Recogen 400 firmas para pedir la marcha de un párroco

F. J. R.
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El Arzobispado de Toledo ha recibido una protesta en firme exigiendo el traslado del cura de la localidad extremeña de Bohonal de Ibor por su tratato con los fieles. Durante un entierro impidió que la hija del difunto leyera una carta de despedida

Recogen 400 firmas para pedir la marcha de un párroco - Foto: David Pérez

El pasado 20 de junio se vivió una situación tremendamente desagradable para la familia Martín Pedraza en la localidad extremeña de Bohonal de Ibor. Durante la misa de entierro de su padre, el párroco negó a la familia la posibilidad de leer una carta de despedida al difunto, afirmando que eran cosas «muy modernas» que él no iba a tolerar.

Frases como «la iglesia es mi casa y por lo tanto se hace lo que yo quiera», «si no estás de acuerdo puedes dar tú la misa del funeral» o «el dolor puede aguantar un poco más y podéis hablar en el cementerio cuando yo haya terminado» fueron las justificaciones del cura, Francisco Quiles, para negarse a dejar leer la carta. Fue incluso más allá, y también intentó impedirlo a la salida del féretro en la puerta de la iglesia, aunque allí los familiares lograron frenarle.

María Isabel Martín Predraza, hija del fallecido, inició entonces una recogida de firmas para pedir el traslado del sacerdote, que no era la primera vez que protagonizaba un desplante similar.

Negarle a una hija a cantar el padre Nuestro en el funeral de su padre, a una nieta colocar una foto de su abuelo en el féretro durante la misa, imponer la hora de una misa a una familia que se desplazaba desde Bélgica y no pudo finalmente asistir al entierro de su padre o cerrar la iglesia el día de la romería del pueblo dejando a la Virgen y a los fieles fuera en la calle son algunos de los actos que ha protagonizado el cura desde que llegó a la localidad en septiembre de 2018.

A Bohonal de Ibor llegó procedente de la localidad de Capilla, de donde también fue expulsado por sus polémicas actitudes. En ese municipio, la alcaldesa lideró las protestas.

María Isabel Martín recogió 400 firmas (Bohonal tiene unos 500 habitantes) y el pasado 17 de julio se presentó en persona ante el Arzobispado de Toledo, del que depende esa parroquia extremeña. Fue recibida por el secretario general del Vicario que, «muy amablemente», la pidió perdón en nombre de la Iglesia.

El arzobispo, Braulio Rodríguez, la escribió días después una carta disculpándose por el comportamiento poco caritativo del párroco y afirmando que el vicario de Talavera, de quien depende directamente, le llamaría la atención.

María Isabel se fue a hablar con el vicario, que le pidió que perdonara al sacerdote como buena cristiana e insistiendo en que no la correspondía a ella pedir su sustitución.

«Ya puedo imaginar cómo ha llamado la atención este vicario al párroco de mi pueblo si justifica sus actos», afirma María Isabel, que sigue dispuesta a lograr la marcha del polémico párroco.

«Ese señor no sabe tratar a la gente. No es un buen párroco», señala para justificar su particular ‘cruzada’. Mientras, a la espera de ver cómo se desarrollan los acontecimientos, el cura ha dejado de residir en la localidad y solo asiste a dar misa.