Un nuevo modelo agrícola recupera biodiversidad en el olivar

Agencias
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Se consigue a través de la restauración de zonas improductivas, la plantación de especies autóctonas o la creación de refugios para la fauna

Un nuevo modelo agrícola recupera biodiversidad en el olivar

Conectar agricultura y biodiversidad es el objetivo del programa LIFE Olivares Vivos, un modelo para cultivar estos árboles que ayuda a aumentar la flora y la fauna y resulta económicamente rentable en términos de productividad y ahorro de fertilizantes. El proyecto, coordinado por SEO/BirdLife y en el que han colaborado la Universidad de Jaén y el CSIC, ha medido la biodiversidad en 40 olivares en la temporada 2016/2017 y los ha revisado tres años después de aplicar los esquemas agroambientales en 20 de ellos.

Con ello, aseguran, se ha pretendido «traer la naturaleza de vuelta a las tierras agrícolas», uno de los principales objetivos de la Estrategia de Biodiversidad para 2030 que además permite integrar la filosofía ‘De la Granja a la Mesa’ conectando productores y consumidores, adaptarse al cambio climático reduciendo las emisiones de carbono, proteger a los polinizadores y reducir el empleo de productos agroquímicos en los cultivos.

En un estudio previo se analizaron los 40 olivares y se constató que, pese a haber perdido buena parte de su biodiversidad en las últimas décadas, aún albergaban una notable diversidad de flora y fauna ya que se encontraron 180 especies de aves, 60 de hormigas, 200 de abejas silvestres y más de 750 especies de plantas, entre ellas, una nueva para la ciencia, la Linaria qartobensis.

Una vez determinada esta biodiversidad, se pusieron en marcha planes en cada finca seleccionada como el mantenimiento de las cubiertas herbáceas, la restauración de zonas improductivas, plantación de especies autóctonas e instalación de infraestructura para la nidificación y el refugio para la fauna, tareas en las que participaron olivareros, voluntarios y profesionales coordinados por SEO/BirdLife.

Tres años después de constató que la flora y la fauna habían aumentado un 30% respecto al estudio inicial y se comprobó que la recuperación había afectado a todos los grupos, excepto a las hormigas.