Los dueños de las viviendas de uso turístico piden tener voz

Jaime Galán
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La asociación reclama su derecho a participar en la nueva ordenanza municipal y ve necesario diferenciar entre apartamento turístico y vivienda de uso turístico. Creen que el segundo caso es el modelo más sostenible de turismo para la ciudad

Ejemplo de una vivienda de este tipo en el Casco Histórico. - Foto: David Pérez

Como se viene informando en los últimos días, el Ayuntamiento de Toledo pretende regular mediante una ordenanza municipal el mercado de las viviendas de uso turístico. Y mientras tanto, en el sector hacen hincapié en la necesidad de diferenciar claramente entre el apartamento turístico y estas viviendas a las que se pretende regular. Lo ven necesario porque creen que la confusión llega, incluso, a las instituciones. En cualquier caso, el hecho es que el consistorio ya trabaja en esta medida, aparcada en su día por la irrupción de la pandemia, y desde Apturcam (Asociación de Propietarios y Gestores de Apartamentos y Viviendas de Uso Turístico) denuncian que no han recibido noticias por parte del Ayuntamiento para participar en la creación de esta ordenanza. De hecho, uno de sus vocales, Javier Blanco, confirma que  cuando comenzó a tratarse esta iniciativa hace un par de años mandaron un escrito para solicitar su participación y personación en el expediente, sin obtener respuesta alguna. Blanco señaló que «no lo solicitamos por capricho o por tener relevancia, sino porque es una obligación legal como sector interesado que somos y así esta recogido en la Ley de Procedimiento Administrativo».

Aún así, sin conocer los detalles específicos que propone esta ordenanza, desde la asociación no tienen muy claro cuál es el contenido que quieren regular en estas viviendas, pese a ser las únicas que no están regidas por un reglamento municipal. Javier Blanco lo argumentaba de manera que la vivienda de uso turístico «no tiene impacto en la ciudad porque es un modelo sostenible de turismo, siendo los apartamentos turísticos los que lo densifican».

Y es que para el vocal de la asociación es más que necesario aclarar la diferencia entre ambos conceptos, porque «la confusión es tan grande que es dañina para el sector». La definición como tal indica que un apartamento turístico puede englobarse en bloques enteros, en un conjunto de edificios contiguos o en pequeños estudios, «y es como un hotel, puede reunir varios inmuebles en su interior, o simplemente habitaciones», mientras que una vivienda de uso turístico sería aquella de uso residencial, que de un día para otro, podría adaptarse en equipamiento para usarse de forma turística. Blanco aclara que la principal diferencia es el verbo 'usar'. El apartamento tiene una clara e irreversible utilidad, mientras que la vivienda puede modificar su uso. 

Entendiendo esto, de ahí que Javier Blanco no comprenda que se quiera regular «una problemática que no existe», explicando que «las viviendas no se fabrican, no se generan de manera espontánea. Donde hay una vivienda hoy, mañana puede haber una de uso turístico, pero sería la misma. Por lo tanto, eso no puede generar nunca densidad». Desde Apturcam vinculan entonces el problema de la densidad a los apartamentos turísticos, por ejemplos de calles, manzanas o barrios «en los que las personas alojadas en hoteles multiplican por 10 las que viven en viviendas», pero esto, a su juicio, si se quiere cambiar «tendría que modificar su ordenanza porque ya tienen la suya propia». Algo que tampoco le parece relativamente necesario en estos momentos porque, a modo de opinión personal, planteó que el problema de la ciudad es el modelo turístico, que está concentrado en muy pocas calles del Casco Histórico y «da la sensación de que hay más turistas de los que realmente hay».