José Sánchez viste a la Feria de la Vega

J. Monroy
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Su desfile de moda en el plaza del Ayuntamiento se convierte en un homenaje a los mayores de la ciudad y de la antigua feria en la Vega, sus tradiciones y, por supuesto, a los botijos

En realidad, confesaba el propio autor, José Sánchez, el desfile de moda ‘La Feria’, fue un «encargo». Como cada año, ofreció su pase en una plaza del Ayuntamiento atestada de público, en este caso, el viernes por la noche. Presentado por María José Acevedo, el desfile contó con 48 vestidos, lucidos por doce modelos toledanas y de agencias de Madrid, ninguna de ellas, apuntó el modisto, tenía la talla 36.

El pasado año, el desfile había sido un homenaje a los años ochenta, a al Miradero; un desfile con mucho éxito entre la gente que se sintió identificada con la época. Pero parte del público presente retó al modisto toledano. Querían otro homenaje a la ciudad, un homenaje a los mayores. Sánchez aceptó el desafío y planteó un desfile con los botijos y la feria de agosto como hilo conductor, jugando con la nostalgia de la Vega, de los tiempos en los que había tres bailes o los aromas de berenjenas y pajaritos fritos. De ahí surgieron estas cinco colecciones, una por década de los cincuenta a los noventa, que llegaron a las tablas de la plaza del Ayuntamiento con la música como hilo conductor.

Acevedo, en realidad, lo tuvo muy difícil para presentar, interrumpida por la guardesa de la Vega que vivía en la Casa de Corcho, auténtica protagonista de aquellas décadas y de la performance que inició el desfile, en el que las modelos fueron protagonistas de la tómbola. Una guardesa que,  lo dejó bien claro, era la que abría y cerraba la Vega y tuvo que supervisarlo todo.

José Sánchez viste a la Feria de la VegaJosé Sánchez viste a la Feria de la Vega - Foto: Yolanda RedondoPorque fue una noche llena de sorpresas en la que el botijo, los mayores y las tradiciones de las fiestas de agosto fueron protagonistas. Así, la colección final, con los vestidos de fiesta, estuvo marcada por el simbolismo de la mujer toledana, con sus peinetas, pendientes tipo arracadas y el complemento del bolso, que no era otra cosa que un botijo, con las mismas características que el vestido. Y como en cada feria, hubo tómbola. Debajo de cada silla, había una pegatina, y se sortearon allí mismo los botijos.

Colecciones. Cada una de las colecciones de José Sánchez se inspiró en los patrones de la época; en el volumen de los años cuarenta y cincuenta, la estética hippy de los sesenta y setenta; y las hombreras y lentejuelas de los ochenta y noventa. Algunos estampados se inspiraron en las carpas de los coches de choque y el circo de la Vega, es decir, en sus rallas. Otros lo hicieron en las rosas, en homenaje a la Rosaleda. De hecho, el traje de novia tuvo como protagonista a aquel emblemático rincón para todas las novias que terminan haciéndose fotos en aquel rincón de la Vega. El tercer estampado estuvo relacionado con los pájaros que solían habitar la feria, como palomas o incluso cigüeñas. Finalmente, hubo estampados con muñecas de feria, como si fueran una tómbola.

El desfile dejó muy contento al numeroso público asistente, sobre todo, a los muchos mayores, que se sintieron identificados con lo que vieron sobre las tablas y la música. El Ayuntamiento también recibió enhorabuenas por hacer un desfile tan identificado con Toledo, y así se lo transmitió al modisto.

José Sánchez ya lleva una década organizando este desfile de ferias en agosto, siempre con el rotundo éxito de público que vivió el viernes. El modisto toledano ha también es un asiduo en desfiles en localidades como Villasequilla. Tras unos días de descanso, Sánchez, comenzará a trabajar ya con el desfile del próximo año, casi con toda seguridad relacionado con Alfonso X ‘el Sabio’. Será otro desfile épico, como el de la Ciudad Patrimonio.